Borrón y cuenta nueva. La Unión Europea comienza una política renovada hacia Cuba después de la firma este lunes del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con el que puso fin a la ‘posición común’ más restrictiva que mantenía desde 1996 con la isla.
Cuba y la Unión Europea inician una nueva era en sus relaciones
Con la firma del primer acuerdo bilateral entre ambos bloques se selló la normalización de las relaciones diplomáticas, dejando atrás una política más restrictiva hacia la isla.

Después de haber emprendido la normalización de las relaciones con Estados Unidos, tras de 50 años de enfrentamiento, ahora le toca el turno a la Unión Europea, que en esta nueva etapa de apertura también desea estar presente.
"Hoy reconocemos que hay cambio en Cuba y queremos acompañar este cambio, llevar la relación a un nuevo nivel", indicó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una ceremonia que tuvo lugar en Bruselas, en la que también participó el canciller cubano, Bruno Rodríguez, y representantes de los 28 países de la UE.
El canciller cubano, por su parte, defendió el derecho de un país a elegir su sistema político y la no injerencia, al tiempo que subrayó que el acuerdo "continuará a enriquecer una relación histórica y culturalmente intensa" con los países que forman el bloque europeo.
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Cuba era el único país de América Latina con el que la UE no tenía un acuerdo bilateral como bloque, aunque la mayoría de los países tenían acuerdos con la isla. De hecho, en 2015, las exportaciones de los 28 países del bloque a Cuba ascendieron a 2,200 millones de euros (2,320 millones de dólares) y sus importaciones representaron unos 540 millones de euros (576 millones de dólares).
Hasta ahora, la relación se regía por el principio de la ‘posición común’ que vinculaba las ayudas de cooperación a “mejoras de los derechos humanos” y que Cuba veía como una política “injerencista”.
El momento de más tensión en su relación fue en 2003 cuando la UE impuso sanciones a la isla y, al amparo de esa norma, suspendió temporalmente la cooperación después del encarcelamiento de 75 opositores cubanos en la conocida como ‘Primavera Negra’.
Derechos humanos
La firma del acuerdo es el resultado de más de dos años de negociaciones y se produce apenas tres semanas después de la muerte de Fidel Castro, líder de la Revolución cubana.
Disidentes cubanos pidieron el pasado octubre a los eurodiputados que no respaldaran el nuevo acuerdo, por considerar que en la forma en la que está redactado "legitima" al régimen comunista, que perpetúa su hermano Raúl Castro.
No obstante, pese al cambio de postura, la diplomacia europea ha subrayado que los derechos humanos y la democracia seguirán siendo un punto central en la relación con Cuba.
"No se da un cheque en blanco a Cuba”, indicó una fuente diplomática a la prensa, que señaló que para que el acuerdo que se ha estado negociando durante dos años saliera adelante ha sido necesario dar garantías a los países más reticentes como Suecia o República Checa.
Además, el texto establece que “se irá avanzando en función de los progresos democráticos, de respeto de los derechos humanos", lo que da la capacidad a la UE de “acelerar o suspender el acuerdo” si fuera necesario, explicó la misma fuente.










