Una de las tácticas de la firma de abogados Mossack Fonseca para defender a sus clientes de cuestionamientos de su pasado, era atacar a los medios de comunicación que habían publicado sus entuertos.
Mossack Fonseca culpó a Carlos Slim de desacreditar a empresario ligado al escándalo de la mansión de Peña Nieto
Una de sus tácticas era atacar a los medios de comunicación que habían publicado sus entuertos.


De esas referencias negativas no se salvaron algunos periódicos latinoamericanos ni The New York Times, según lo muestran correos electrónicos consultados por Univision Investiga como parte de un proyecto periodístico internacional que tuvo acceso a millones de documentos del bufete de abogados de Panamá.
Mossack Fonseca salió en defensa de su cliente Juan Armando Hinojosa, el empresario mexicano que estaba en el centro del escándalo de la construcción de una mansión para el presidente de México, sugiriendo que era víctima de una guerra mediática de sus competidores incluyendo expresamente al magnate mexicano Carlos Slim.
Según el departamento de cumplimiento de la ley y de control de lavado de Mossack Fonseca, la información en contra de Hinojosa provenía de periódicos que eran “propiedad de algunos rivales de negocio como es el caso del NY Times de (Carlos) Slim”.
Así se lee en uno de los millones de correos electrónicos que formaron parte de la revisión de los archivos coordinada durante un año por el Consorcio de Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).
En el caso de Hinojosa lo que estaba en juego eran varias transferencias que ordenó el empresario por unos 100 millones de dólares y la creación de nueve empresas, fideicomisos y fundaciones en Nueva Zelanda, Holanda y Reino Unido. Todo esto mientras era investigado en México por su papel en la construcción de la llamada casa blanca para el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

Hinojosa no respondió las llamadas y mensajes de ICIJ ni de Univision Investiga. La causa, dijo su representante, es que estaba de vacaciones en un sitio donde no tenía señal de teléfono.
Débiles controles
En la segunda mitad del año pasado, el empresario sorteó fácilmente las interrogantes del departamento de cumplimiento de Mossack Fonseca en Panamá sobre el origen de su fortuna y sus relaciones políticas. Así pudo continuar con la organización de un esquema de sociedades para el que tenía prisa. La mayoría de los correos de su caso están marcados con la leyenda “urgente”.
Sus relaciones con la firma comenzaron en julio de 2015, ocho meses después de que estalló el escándalo de la casa blanca. La representante de Mossack Fonseca en Miami, Olga Santini, fue la intermediaria con el abogado Filipe di Matos, del despacho D’ Orleans, Bourbon & Associates, con sede en México y que transaba directamente con Hinojosa para todos los movimientos.
Santini negó en un correo electrónico a Fusion que fuera parte de Mossack Fonseca. “Es necesario comprender que yo soy una proveedora de servicios independiente”, escribió.
Los documentos muestran que fue ella quien solicitó a la firma panameña que Hinojosa y su esposa fueran aceptados como clientes.
Para esa fecha la pareja ya se había desecho de seis compañías de su propiedad, de acuerdo con los documentos. En marzo anterior firmaron sendos contratos de “donación a título gratuito” de seis empresas con cuentas bancarias de Morgan Stanley, JP Morgan, Deutsche Bank y UBS por 100 millones de dólares.

La instrucción “urgente” del abogado di Matos a Santini fue que el dinero debía sacarse de esos bancos. Para lograrlo el despacho mexicano pidió que se creara una fundación holandesa y tres fideicomisos en Nueva Zelanda. Terminaron siendo tres fundaciones y tres empresas más en Reino Unido.
Con ellos debían liquidar todas las riquezas de las sociedades y “cuando la transferencia esté completada, disolver las seis compañías”.
Para el exprocurador (fiscal) de México Gabriel Reyes la petición de este movimiento resulta extraña.
“En México donarle dinero a un familiar no genera impuestos. ¿Por qué crear un esquema de fideicomisos en el extranjero para donarle dinero a tu mamá, si en México lo puedes hacer sin impuestos?”, afirmó Reyes.
El especialista añadió que si Hinojosa hubiera depositado en México los 100 millones, el único requisito hubiera sido “explicar cuál era el origen del dinero”.
Con Mossack Fonseca estas dificultades ni siquiera aparecieron. Cuando pidieron que se analizaran urgentemente los pasaportes de Hinojosa y su esposa María Teresa García en julio de 2015, Stephanie Regist, del departamento de cumplimiento, respondió: “adjuntamos las búsquedas, en las cuales no se observaron resultados negativos”.
Entre las búsquedas adjuntas aparece una nota de prensa de la revista mexicana Expansión acerca del Grupo Higa, propiedad del empresario. “La compañía vendió sendas propiedades al secretario de Hacienda y la primera dama de México; la empresa ha ganado diversas licitaciones y adjudicaciones de obras públicas”, se lee en el documento.
A pesar de esta evidencia Regist no cuestionó si las transferencias urgentes podrían tener algún vínculo con las revelaciones de noviembre y diciembre de 2014 del portal Aristegui Noticias y el diario The Wall Street Journal.


Estos medios habían descubierto que Hinojosa vendió con créditos personales, sin intermediación de ningún banco, una residencia de lujo con valor de siete millones de dólares en la Ciudad de México a la familia de Peña Nieto y una casa de campo de medio millón de dólares a su secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
En marzo The Wall Street Journal amplió la investigación y divulgó que Hinojosa había comprado la casa de campo -ubicada en la zona residencial de Malinalco, en el Estado de México- y la había vendido a Videgaray 10 meses más tarde por el mismo precio, sin ganar un centavo en la transacción.
El empresario tampoco debió explicar a Mossack nada de esto cuando en septiembre cumplió el requisito de presentar al despacho un documento sobre el “origen de su riqueza”. Bastó con que Santini enviara una carta de presentación elaborada por D’ Orleans, Bourbon & Associates, el mismo despacho que lo asesoraba para las transacciones.
La carta explica que es el presidente de Grupo Higa, tiene diferentes negocios, compañías y proyectos de constructor. Entre las empresas de su grupo y origen de su riqueza, no mencionan a Ingeniería Inmobiliaria del Centro, que construyó la casa blanca, pero sí a Bienes y Raíces H&G, la que vendió a Videgaray.
El hecho de que la transacción sin ganancias del inmueble se realizara con el máximo encargado del fisco mexicano, quien además según el WSJ liquidó el préstamo inmobiliario a Hinojosa cuando llevaba un año en el cargo, no pareció afectar en lo absoluto.
Pocos documentos
Reyes considera que la actuación de Mossack Fonseca sí conlleva una responsabilidad legal.
“Hay que analizar la forma en que evaluaron el origen del dinero (…) en un país en el cual es completamente ajeno. Cuál es la etapa, mecanismos o agencias bajo las cuales analizaron la legislación del país del solicitante y la condición particular del solicitante, no bajo las leyes panameñas, sino bajo las leyes del solicitante”.
Las leyes en México, abundó, incluyen que antes de aprobar una transacción se conozca si los involucrados tienen adeudos con Hacienda. En los documentos del expediente de Hinojosa en Mossack Fonseca revisados por Univision Investiga, no se observa rastro alguno de que la firma de Panamá haya solicitado esta comprobación para Hinojosa, su madre, su esposa ni su suegra.
De 59 años y originario de Tamaulipas, el constructor fue presentado en su solicitud como un hombre acaudalado. La cifra inicial de 100 millones a transferir “es sólo una parte del portafolio del cliente”, aseguró su abogado di Matos en un correo electrónico de julio de 2015. Las notas negativas sobre él se debían “a su éxito y alto perfil”.
El representante advirtió que el papel de Hinojosa y su cónyuge como beneficiarios de los fideicomisos en Nueva Zelanda “debe quedar bajo la máxima confidencialidad”.
Para septiembre los dos primeros fideicomisos estaban creados y el dinero volvía a las manos de Hinojosa y su mujer. Su madre llenó un cuestionario para hacerlo el principal beneficiario. Se declaró viuda, con ocupación retirada y que la fuente de su riqueza era “un regalo de mi hijo”. La prueba del regalo que adjuntaron para el papeleo fue el mismo contrato de donación que habían firmado en marzo.

Ambos eran los principales beneficiarios de The Huanca Trust y The Khuno Trust. Después de ellos, sus hijas María Fernanda y María Teresa.
En los meses siguientes hubo otra mención a un posible conflicto con la cuenta de Hinojosa por su cercanía con el mandatario. Un correo electrónico de noviembre insistía sobre “posibles vínculos entre el Sr. Juan Armando Hinojosa Cantú y el Presidente de México, Enrique Peña Nieto”.
Los cuestionamientos esta vez se resolvieron con un correo electrónico, no fue ni siquiera necesario un documento. “Todas las acusaciones con respecto a cualquier conflicto de interés fueran investigadas y en el mes pasado fue exonerado por el secretario de la Función Pública (SFP) de todas esas acusaciones”, escribió el abogado Edison Teano.
El departamento de cumplimiento aceptó la respuesta y decidió seguir con las transacciones. La causa: “La riqueza del cliente viene desde hace muchos años y que la estructura que nos está solicitando es netamente un tema sucesorio de protección patrimonial”.
Los documentos muestran que la “sucesión” no era un dinero que realmente proviniera de la madre y la suegra de Hinojosa, sino del documento de “donación a título gratuito” que habían firmado sobre unas compañías que su hijo poseía desde antes del escándalo de la casa blanca y la casa de Malinalco.
“Hoy en día es muy probable que el dinero ni siquiera se mueva del lugar en que se encuentra, del país en el que originalmente nació. Es probable que simplemente tenga un giro de apariencia, es decir, las transacciones y la participación de sociedades fantasmas es totalmente virtual”, opinó el exprocurador fiscal mexicano.
Hinojosa tiene ahora un mes para declarar la existencia y las transacciones de estas sociedades en el extranjero que se articularon en 2015, si no lo ha hecho ya. La ley mexicana indica que el plazo máximo para declarar estos movimientos será el último día de abril de 2016.
“Aunque declare ahora la existencia de estos instrumentos (financieros)”, dijo Reyes, “la revisión del gobierno debe incluir un análisis sobre cuánto dinero declaró haber ganado en México en este y los años anteriores y cuánto tenía fuera del país”.
Después de la revelación de Panama Papers la autoridad fiscal mexicana divulgó un comunicado con el anuncio de que buscarán determinar si los implicados declararon sus compañías en el extranjero y si “hay elementos que configuren la comisión de actos de evasión fiscal”.
Reyes, explicó que estas indagatorias deberían incluir no solamente al empresario sino a su madre y su suegra, quienes recibieron una “donación a título gratuito” de seis compañías que ya tenía Hinojosa fuera de México y cuyas cuentas bancarias disponían de los 100 millones de dólares.
En los documentos revisados por Univision Investiga no se observa ningún cuestionamiento de Mossack Fonseca que involucre a Videgaray, máxima autoridad de la secretaría a la que pertenece el Servicio de Administración Tributaria, la institución que investigará a Hinojosa después de las revelaciones de los Papeles de Panamá.
Lea también:









