Pude haber saldado mi auto. Bajar por mucho mis deudas estudiantiles. Viajado a ver a mi familia. Estas son algunas cosas que pude haber hecho si un empleador no me hubiera robado 6,000 dólares, a raíz del discrimen que tenía contra mí y otras empleadas por motivo de nuestro género.
Tengo algo personal contra la brecha salarial
"Pagarles menos a las mujeres que a los hombres es una práctica común en otros lugares de trabajo e industrias. Por más deprimentes que sean, las cifras de la brecha salarial muestran que en promedio a las mujeres se les paga solo 83 centavos por cada dólar que se les paga a los hombres".


Cuando trabajaba como reportera en una estación de televisión local me pagaban aproximadamente 6,000 dólares menos que a un colega hombre. Nuestros deberes y cargos eran exactamente los mismos. Yo tenía algunos años de experiencia cuando me contrató la estación, así como dos licenciaturas y una maestría. Además, tenía un valor añadido para la estación porque soy bilingüe. Mi colega se acababa de graduar de la universidad, no tenía ninguna experiencia posgraduada y no era bilingüe. Sin embargo, y como luego descubrí, su salario era considerablemente más alto. Era una realidad que me enfurecía y desmoralizaba.
No supe sobre esto porque alguien se dio cuenta de la disparidad y decidió hacer las cosas bien. Me enteré por otra colega, una amiga que había comenzado una investigación sobre la brecha salarial porque sospechaba que ella misma estaba experimentando discriminación salarial. Como sucede tan a menudo, los términos del acuerdo le prohibían hablar públicamente sobre la discriminación que padeció. Estas órdenes de mordaza son, en gran parte, la razón por la que mucha de la discriminación salarial no se conoce.
No obstante, mi amiga también me brindó evidencia de que la estación me estaba pagando de menos a mí también. Desafortunadamente, ya me había ido de ese trabajo cuando me compartió esa información. Es por esto por lo que, cuando supe que se me había pagado de forma injusta, mi indignación solo aumentó. Me puse en contacto con la oficina correspondiente de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, pero me dijeron que no tenía un caso viable porque ya había abandonado mi empleo y no había radicado ninguna querella de discriminación mientras todavía trabajaba allí. Con el tiempo, algunas personas que solían supervisar esa sala de prensa me confirmaron, en privado, que esta es una práctica habitual en la estación. Esta práctica de estafar a las empleadas mujeres sigue hoy en día.
Pagarles menos a las mujeres que a los hombres es una práctica común en otros lugares de trabajo e industrias. Por más deprimentes que sean, las cifras de la brecha salarial - que muestran que en promedio a las mujeres se les paga solo 83 centavos por cada dólar que se les paga a los hombres, a las madres solo 75 centavos por cada dólar que se les paga a los padres, y a las latinas solo 57 centavos por cada dólar que se les paga a los hombres blancos - no cuentan toda la historia, porque la brecha salarial no es un concepto abstracto. Si el que se me pagara 6,000 dólares al año menos que a mi colega hombre que no era tan cualificado como yo parece algo insignificante, considere que la brecha salarial, en promedio, representa para las latinas como yo un costo de más de 1.1 millones de dólares en el transcurso de la vida. La brecha salarial se convierte en una brecha de riquezas y en una brecha de oportunidades.
Cuando las mujeres luchamos por un salario justo no estamos diciendo que los hombres no merecen los salarios que tienen, sino que las mujeres merecemos esos salarios también. No estamos buscando la venganza en nuestro camino hacia la igualdad.
Ahora bien, lo que nos están pagando es una medida de cuánto nos están valorando. Ciertamente quisiéramos creer que la gente con la que trabajamos y para la que trabajamos nos tratará justamente. Tristemente, a menudo este no es el caso.
Hace algunos años era una reportera de televisión que experimentaba la discriminación salarial. Hoy estoy orgullosa de trabajar para una organización que lucha para acabar con la brecha salarial y asegurarse de que todas las mujeres de todas las razas reciban un salario justo. El camino hacia la paga justa quizás no es fácil, pero estoy confiada en que prevaleceremos porque la brecha salarial es algo personal para muchas de nosotras. No nos conformaremos con el status quo.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







