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Carteles enviaron por correo 19 toneladas de droga a EEUU y su nuevo producto es la ayahuasca

Las autoridades aduanales han observado una tendencia ascendente de paquetes con sustancias ilícitas provenientes de México. Los narcotraficantes ahora mueven por esa vía grandes cantidades de metanfetamina y un alucinógeno también conocido como DMT, el cual se ha vuelto popular.
Publicado 23 Ene 2022 – 10:42 AM EST | Actualizado 23 Ene 2022 – 10:42 AM EST
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Luciano Solís Sánchez, un vendedor de droga radicado en el noreste de Estados Unidos, y su proveedor en el estado mexicano de Jalisco, encontraron un nuevo método para burlar los operativos de seguridad a lo largo de 2,600 millas y, sobre todo, la estricta vigilancia en la frontera.

Su táctica consistía en enviar narcóticos por correo desde Zapopan, un territorio controlado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), directo hasta el domicilio de Solís Sánchez en Connecticut. Les funcionó dos veces, pero en un tercer intento la mercancía fue detectada por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que se encargan de revisar el correo internacional.

Dentro de una lámpara artesanal, detrás de un panel de fibra de vidrio, había 498 gramos de metanfetamina. El paquete iba dirigido a “Alfonso Pérez” y tenía anotado un domicilio en la calle Bucks Hill de la ciudad de Waterbury, describen documentos judiciales.

Dicha sustancia ilegal fue detectada el 8 de enero de 2021. Una semana después, policías se hicieron pasar por mensajeros para entregar la caja hasta la puerta de la vivienda de Solís Sánchez, como preámbulo de un cateo minucioso. Los oficiales encontraron en una de las recámaras varias bolsas pequeñas de plástico que contenían cocaína. Las habían preparado para venderlas en las calles.

Solís Sánchez confesó que el mismo traficante de Zapopan le envió droga por correo al menos tres veces. Se declaró culpable de un cargo de posesión con la intención de distribuir metanfetamina y cocaína, y del delito de reingresar ilegalmente a EEUU luego de ser deportado en tres ocasiones. El pasado 6 de enero un juez federal lo condenó a cuatro años y nueve meses de prisión.

Miles de kilos de ayahuasca por correo

El caso criminal de Solís Sánchez no es único. Desde 2017, los carteles han enviado más de 19.5 toneladas de droga por correo y mensajería exprés desde México, en una tendencia ascendente que alcanzó su nivel máximo en 2021, según cifras que CBP envió a Univision Noticias.

El incremento en los últimos cinco años ha sido del 70%, pasando de 3,066 kilos decomisados en el año fiscal 2017 a 5,206 kilos que fueron detectados en 2021.

En ese período han cambiado las cantidades de droga que movieron a través del servicio de paquetería. Por ejemplo, hace cinco años mandaron 2,332 kilos de marihuana, más que ningún otro narcótico; pero el año pasado solo detectaron 48 kilos de la hierba. Para 2021, la sustancia ilegal que más enviaron por correo fue la metanfetamina.


La segunda droga más encontrada en los centros de inspección del CBP en 2021 fue el alucinógeno conocido como DMT o Dimethyltryptamine, el cual se encuentra naturalmente en varias especies de plantas que crecen en Sudamérica. Típicamente se consume en un brebaje conocido como ayahuasca, el cual se ha vuelto muy popular en EEUU y Europa.

El año pasado, los agentes aduanales descubrieron 1,681 kilos de DMT provenientes de México. En 2020 hallaron 1,211 kilos de DMT y ni un solo gramo en 2017, 2018 y 2019.

De la ayahuasca se habla mucho en las redes sociales, podcast de internet y en conversaciones privadas. Si bien tuvo su primer período de popularidad en la década de 1960, su consumo se remonta a varios cientos de años, ya que está asociado con una serie de prácticas y rituales religiosos.

La Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) indica que el DMT causa estos efectos fisiológicos: hipertensión, aumento del ritmo cardíaco, agitación, convulsiones, pupilas dilatadas, nistagmo (movimiento rítmico rápido e involuntario del ojo), mareos y ataxia (falta de coordinación muscular).

Por su parte, el fentanilo, detrás de una histórica crisis de salud en EEUU, también está siendo traficado cada vez más por medio del correo postal. Según las estadísticas del CBP, se pasó de 4 kilos decomisados en 2018 a 111 kilos en 2021, lo cual significa un aumento de 2800%.

La lista de drogas que los carteles envían por paquetería es tan larga como la de sustancias que trafican por otros métodos, ya sea ocultas en vehículos, camiones de carga, contenedores o a pie por zonas deshabitadas de la frontera.

En ese menú, de acuerdo con cifras del CBP, también están la cocaína, heroína, hachís, morfina, opio, peyote, esteroides, anfetamina y opioides como oxicodona y ritalín.

La titánica labor de revisar el correo

Hasta las manos de agentes aduanales llegó en febrero de 2020 una sospechosa rueda de queso. La mandaban desde Arcelia, Guerrero, y tenía como destino un domicilio en Alabama. El popular alimento escondía 5.5 kilos de heroína, una de las drogas que más se producen en esa zona del sureste mexicano.

Un policía federal llevó el “queso” a la dirección que se indicaba y 15 minutos después llegó a reclamarlo Uriel Romero, quien le pagó menos de 300 dólares a una mujer para que lo recibiera. Romero, a quien arrestaron de inmediato, fue sentenciado en mayo de 2021 a cinco años de prisión.

“Las organizaciones criminales continuarán intentando explotar la situación fronteriza y CBP está aquí, trabajando para asegurar nuestras fronteras y evitar que drogas peligrosas ingresen a nuestras comunidades”, señaló la dependencia sobre esta problemática.


Cada día, más de 25,000 oficiales aduanales inspeccionan cientos de miles de contenedores de carga, paquetes de correo internacional y de envío urgente, así como viajeros que transitan por 328 puertos de entrada. En la revisión de los paquetes colaboran con oficiales del Servicio Postal de EEUU (USPS). Desde 2017, perros entrenados olfatean instalaciones con pilas de cajas de cartón y sobres.

Parte de su trabajo consiste en apartar los paquetes sospechosos, abrirlos y colocar un espectrómetro portátil sobre su contenido para verificar si se trata de alguna sustancia prohibida.

Antes de llegar a ese punto, CBP echa mano de un proceso sofisticado basado en datos para identificar envíos “de alto riesgo” que pueden contener productos ilícitos o falsificados. Además, los importadores de EEUU deben proporcionar información anticipada sobre carga en contenedores, envíos urgentes y algunos paquetes enviados desde otros países.

“El personal del CBP está capacitado para identificar patrones y señales de alerta que les permitan interceptar envíos que pueden contener mercancías ilícitas y potencialmente peligrosas”, afirma la agencia federal.


Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el Congreso aprobó una ley que requiere datos electrónicos avanzados en cada paquete que ingrese al país por medio de empresas comerciales (FedEx y UPS). La idea de esta norma era detectar armas biológicas enviadas por terroristas, aunque terminó eximiendo al Servicio Postal para no retrasar entregas y elevar los costos.

Para 2018, una nueva legislación federal exigió que todos los paquetes provenientes del extranjero incluyan datos de seguimiento, esta vez para tratar de frenar el flujo de fentanilo.

Es, sin embargo, una labor titánica. En 2021, el Servicio Postal estadounidense recibió 409 millones de paquetes provenientes del extranjero. Se trata de una cantidad pequeña en comparación con los 50,695 millones de piezas categorizadas como correo nacional “de primera clase”, otro sistema que están usando los narcos para mover droga de costa a costa.

Por si fuera poco, CBP difundió este jueves una nueva estafa relacionada con la droga enviada por correo: los defraudadores llaman para advertir que son agentes aduanales y encontraron un paquete con narcóticos que tiene el nombre y domicilio de la víctima.

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