Qué hay detrás de la extraña pausa en esta superactiva temporada de huracanes

Después de lo que fue uno de los periodos más intensos de actividad de tormentas tropicales y huracanes en la historia, de repente todo se ha vuelto inquietantemente silencioso. Los cielos sobre el Atlántico están despejados y los meteorólogos dicen que no hay probabilidad de que haya más tormentas por el momento.

¿Entonces qué pasó? ¿Terminó temprano la temporada de huracanes?

Eso sería una ilusión, dicen los pronosticadores. Lo que estamos viendo es una pausa temporal durante el pico de la temporada de huracanes que suele suceder a fines de septiembre.

Pero, lo que sucede a continuación no está claro.

"Hay mucha incertidumbre sobre lo que se avecina en la próxima semana o dos", dijo Phil Klotzbach, meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado que se especializa en pronósticos de huracanes. " Podemos tener tormentas realmente desagradables en octubre", agregó.

A la incertidumbre se suma el ritmo récord de tormentas en 2020. "Toda la temporada de huracanes ha sido muy inusual", dijo Bob Henson, un meteorólogo que escribe para Yale Climate Connections, publicado por la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Yale.

Al 25 de septiembre, más de dos meses antes del fin de la temporada de huracanes, el Atlántico ya había generado 23 tormentas con nombre, aproximadamente el doble de su promedio a largo plazo para toda una temporada. Un récord de nueve tormentas tocaron tierra (algo no visto desde 1916), según Henson, aunque afortunadamente ninguna con un impacto devastador.

Por segunda vez en su historia, el Centro Nacional de Huracanes agotó su lista regular de 21 nombres la semana pasada y comenzó a usar el alfabeto griego. El ritmo de las tormentas superó a 2005, el año más activo registrado.

Esa temporada no llegó a su tormenta número 23 hasta el 22 de octubre, señala Henson. En 2020, eso sucedió más de un mes antes, el 18 de septiembre.

Un breve respiro

Pero los expertos señalan que la temporada 2005 también disfrutó de un breve respiro a fines de septiembre antes de reanudarse a principios de octubre. Esa temporada terminó produciendo 10 tormentas más con nombre después del primero de octubre.

La temporada de huracanes no termina oficialmente hasta el 30 de noviembre, aunque las tormentas de noviembre son raras. El último grande, Otto, ocurrió a fines de noviembre de 2016, atravesando Costa Rica y Panamá.

"Las temporadas de huracanes suelen tener altibajos, por lo que no es anormal tener un periodo tranquilo", dijo Hanson. Un fenómeno conocido como Oscilación de Madden-Julian, genera una onda, o pulso, de clima lluvioso en la atmósfera que rodea el globo alrededor del ecuador.

“Estas son zonas enormes de lluvias y tormentas eléctricas”, dijo Hanson, que dadas las condiciones adecuadas, como mares cálidos y vientos favorables, pueden generar tormentas tropicales y huracanes.

Montaña rusa

Un poco como un paseo en una montaña rusa, "lo que sube debe bajar", agregó, refiriéndose a cómo las tormentas dependen de los patrones de viento ascendente para generar su fuerza del calor de los océanos. Los vientos descendentes tienen el efecto opuesto, generando un clima seco.

“ Es la física básica de la atmósfera. No puede estar seco en todo el mundo ni mojado en todo el mundo. Siempre habrá partes secas y húmedas”, agregó. Los científicos lo llaman "la ecuación de continuidad".

No es un ciclo exacto. El tiempo y la intensidad pueden variar, con aproximadamente un pico de 30 a 60 días entre las olas.

“Simplemente marcha por todo el mundo”, dijo Bob Bunting, científico atmosférico y fundador del Centro de Adaptación y Mitigación del Clima. “Estamos esperando que vuelva. Deberíamos estar en una etapa favorable para el desarrollo de huracanes en otros 10 días más o menos ”, agregó.

Cambio de escenario

Otra razón por la que el Océano Atlántico ahora está libre de tormentas es que es en esta época del año, los huracanes cambian su escenario de actividad, a medida que los vientos monzónicos comienzan a disiparse en África Occidental. “A fines de septiembre, los huracanes tienden a dejar de hacer el largo viaje desde África, y en cambio se forman en las cálidas aguas del Caribe occidental frente a la península de Yucatán”, dijo Albert Martínez, Jefe de Meteorología de Univision Noticias.

En octubre, los vientos en los niveles superiores generalmente aumentan, y eso tiende a alejar la amenaza de Texas y Louisiana y hacia Florida, explicó Henson. Como resultado, es más probable que Florida sea golpeada por una tormenta en octubre, como Wilma en 2005 y Michael en 2018.

También es posible que una tormenta suba por la costa este en octubre, como ocurrió con la supertormenta Sandy, que afectó Nueva York en 2012.

Si bien es raro, todavía es posible que se formen tormentas en la costa oeste de África en octubre, creando una amenaza dual y simultánea en el Caribe occidental y el Atlántico.

“Se pueden ver algunos sistemas [meteorológicos] en formación. Todavía están en el área donde podríamos recibir un huracán en el Atlántico, dijo Bunting.

Otros factores: La Niña

Otros factores además de la Oscilación Madden-Julian entran en juego, como la temperatura de la superficie del mar, con mares más cálidos que crean más posibilidades de actividad de tormentas. El Caribe y el Golfo de México todavía están en el rango de 88F a 90F, que está por encima del promedio.

Luego está La Niña, otro fenómeno meteorológico causado por temperaturas oceánicas inusualmente frías en el Pacífico que permite que se desarrollen más huracanes en el Atlántico debido al debilitamiento de los vientos del oeste en la atmósfera superior.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) anunció a principios de este mes que las condiciones de La Niña, que se alternan con el efecto más cálido de El Niño cada pocos años, habían regresado y es probable que continúen durante el invierno.

“La Niña ha ido ganando fuerza. Esa no es una buena señal para octubre”, dijo Bunting. "Ya hemos tenido un año tan dramático que cualquier cosa puede suceder", agregó.