Muchos dreamers pelean contra la pandemia gracias a DACA, pero el fallo de la Corte Suprema puede cambiar todo

Casi 700,000 inmigrantes amparados por la Acción Diferida del 2012 esperan por una decisión desde el máximo tribunal de Estados Unidos que puede sellar su futuro. Jesús Contreras es uno de ellos y uno de los cerca de 30,000 dreamers que luchan contra la pandemia del coronavirus desde la primera línea de batalla.

Video "Somos esenciales": dreamers luchan contra el coronavirus mientras esperan el fallo de la Corte Suprema

Jesús Contreras llega tan cansado de sus jornadas de 24 o hasta 32 horas como paramédico en Houston, Texas, que confiesa que hay días en los que el cuerpo no le da para leer noticias o verificar si la Corte Suprema reveló su decisión sobre el programa DACA que le permite trabajar desde la primera línea de batalla contra la pandemia del coronavirus.

La Acción Diferida del 2012 no solo lo sacó de cierta manera de las sombras sino que le cumplió el sueño que tenía desde que a los 6 años veía en su natal Laredo, Tamaulipas (México), el entonces popular programa de televisión sobre las peripecias policíacas Cops: trabajar en labores de emergencia ayudando a la gente.

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Lo hizo cuando azotó el huracán Harvey hace unos años y lo ha vuelto a hacer al arreciar la pandemia del covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus. Ello gracias a que con DACA pudo obtener la licencia para ejercer como paramédico en las calles de su ciudad, algo que en un inicio le fue imposible porque no contaba con una identificación estatal a pesar de haber pasado los exámenes cuando estaba en la secundaria.

Por eso es que, para él, DACA tiene significados que tocan muchos aspectos de su vida.

"Para mí DACA significa estar a salvo de la deportación, estar en un trabajo seguro, poder trabajar sin el miedo de ser deportado, poder trabajar con la seguridad de tener seguro social, beneficios de retiro, poder obtener un trabajo que sin DACA no tendría...", dice el dreamer de 26 años en una entrevista con Univision Noticias en nombre de los cerca de 700,000 amparados por el programa creado por el entonces presidente Barack Obama a través de una orden ejecutiva el 15 de junio del 2012.

"DACA para nosotros es mucho, es esa paz que nos deja trabajar y vivir en este país", afirma.

Orden ejecutiva que ha sido cuestionada por el ahora mandatario Donald Trump desde que estaba en campaña. Cumpliendo precisamente una de sus promesas electorales, Trump lo eliminó tras llegar al poder pues considera que el amparo es inconstitucional porque Obama cambió una parte de la ley de inmigración sin la autorización del Congreso.

Angustia en medio de una 'doble emergencia'

La decisión del actual presidente abrió la puerta a batallas judiciales que llegaron hasta el máximo tribunal de Estados Unidos, cuyo fallo puede cambiar el futuro de los miles de dreamers como Jesús que ven al país como su única casa.

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Y de los cuales cerca de 30,000 se encuentran luchando en la primera línea de batalla contra una enfermedad que ha dejado casi 90,000 fallecidos en Estados Unidos en apenas cuatro meses. Un motivo tomado en consideración por la Corte Suprema antes de su decisión, pues en abril aceptó una moción presentada por un dreamer sobre los aportes hechos por estos jóvenes que trabajan en el sector de la salud.

"Llegamos a casa cansados y a la misma vez debemos enfrentar que posiblemente al día siguiente no podamos tener esa paz de saber que podremos trabajar", dice Jesús.

"Es duro porque estamos batallando con esta emergencia de covid-19 y con esta emergencia migratoria de DACA", acota.


Las jornadas suelen ser tan agotadoras y largas que la mente de Jesús, en ocasiones, puede olvidarse del fallo de la Corte Suprema, donde durante todo este largo proceso pudo estar cara a cara con los jueces con el poder para sellar su destino. Y, aunque es una decisión que está ahí, latente, para Jesús parece no significar el 'capítulo final'.

"Cuando llego a mi casa no tengo espacio en mi cerebro para pensar en la decisión, tengo fe en Dios en que algo va a salir positivo para nuestro lado. Espero que, pase lo que pase, tengamos el apoyo de la gente en Estados Unidos. Aunque nos quiten el programa, sé que hay gente que va a seguir luchando por nosotros", asegura.

"Hay mucha gente que está trabajando en los campos, en Uber, en otros trabajos que son esenciales, y me gustaría que nos miren a todos como trabajadores esenciales y seres humanos, que entiendan que los beneficios de darnos una solución permanente legislativa ayudaría al gobierno a obtener mucho más dinero y llenar estos trabajos que faltan", acota tras una de esas drenantes jornadas de trabajo.


El periodista experto en inmigración Jorge Cancino colaboró con esta nota.

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