Exigen TPS para las víctimas de Katrina
"Para darles ayuda se les está preguntando su estado inmigratorio", en Estados Unidos, protestó Gloria Saucedo, directiva de la Hermandad Mexicana. "Miles no se están acercando a recibir la asistencia por temor a la deportación", agregó.
Saucedo fue una de varios dirigentes de organizaciones miembros de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC), con sede en Chicago, que se congregaron en una sala del Congreso estadounidense en el inicio de una campaña para lograr la legalidad temporal de los indocumentados en la zona de desastre.
En los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama viven unos 150 mil inmigrantes hondureños, más de 150 mil mexicanos y cerca de 100 mil guatemaltecos y nicaragüenses, muchos de ellos sin estatus legal de permanencia.
Decisión fácil
Oscar Chacón, director de Enlaces América, dijo que el TPS es "una decisión fácil" que dependería solamente de una orden del presidente George W. Bush al departamento de Seguridad Nacional (DHS), que dirige las operaciones de inmigración, aduanas y fronteras y administra este tipo de permisos.
"Ya hay antecedentes de esas medidas con países centroamericanos, especialmente El Salvador", dijo refiriéndose al beneficio, que entre otras regalías detiene temporalmente las ordenes de deportación y otorga un permiso de trabajo.
El TPS protege en la actualidad a unos 250 mil salvadoreños, 80 mil hondureños y 6 mil nicaragüenses.
Cachón indico que del total de inmigrantes hispanos afectados, hasta un 60 por ciento serian de origen mexicano y un 30 por ciento de origen hondureño.
David Hernández, Ministro Consejero de la Embajada de Honduras, reiteró a Univision Online que en la zona afectada por Katrina viven alrededor de 150 mil hondureños, "100 mil de ellos en el área metropolitana de Nueva Orleáns".
A su vez, Ángela Zambrano, de NALACC, dijo que miles de inmigrantes hispanos no se estaban acercando a los puestos de distribución de ayuda, no sólo por su permanencia ilegal sino también porque han perdido todos sus documentos.
En una visita la semana pasada a Washington, el presidente de Honduras, Ricardo Maduro, habló con coordinadores de la ayuda para los damnificados del huracán en los estados de Misisipi, Louisiana y Alabama como parte de sus gestiones para que los indocumentados no sean marginados.
El viernes, el DHS dijo que "no podemos olvidar la ley" en la zona del Golfo de México en respuesta a un pedido similar hecho por un grupo de legisladores encabezados por el líder de la minoría demócrata, Harry Reid, y la ex primera dama de Estados Unidos y senadora por Nueva York, Hillary Clinton.
Remesas comprometidas
El desamparo en que han quedado los hondureños en esa región puede afectar el flujo de remesas a Honduras en hasta unos 100 millones de dólares, según fuentes del gobierno de Tegucigalpa.
Las remesas a Honduras fueron de unos 1.200 millones de dólares el año pasado, y para diciembre se había calculado un incremento hasta los 1.600 millones, que representan hasta un 20 por ciento del producto bruto interno del país.
El DHS menciono que las ayudas activadas por el gobierno benefician a inmigrantes legales con estatus de permanencia en Estados Unidos, entre ellos residentes permanentes, asilados y refugiados, además de estudiantes y extranjeros con tramite de inmigración pendiente que los hace elegibles para la ayuda federal en este tipo de emergencias.
Las remesas que envían los mexicanos de Estados Unidos a México superan los 1.800 millones de dólares en 2004.