EEUU planea devolver a México a todo indocumentado o solicitante de asilo en la frontera por el coronavirus
El gobierno de Donald Trump, citando la batalla para atajar la propagación del coronavirus, se prepara para anunciar controles más severos en la frontera con México, que incluye devolver a ese país a todos los inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo que lleguen a EEUU.
Citando fuentes gubernamentales, el diario The New York Times dijo que la medida pretende evitar el envío de personas contagiadas a los centros de detención de la Patrulla Fronteriza (CBP) y de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
ICE tiene una capacidad diaria de poco más de 50,000 camas. Se desconoce la capacidad diaria de detenidos en los centros de la CBP.
La medida también está dirigida a evitar contagios entre el personal de las agencias federales que participan en el proceso migratorio en la frontera.
La medida
Los funcionarios citados por el periódico indicaron que los puertos de entrada en la frontera sur permanecerían abiertos para los ciudadanos estadounidenses, los titulares de la tarjeta verde (residencia o green card) y algunos extranjeros con la documentación adecuada.
“Algunos extranjeros serían bloqueados, incluidos los europeos que actualmente están sujetos a restricciones de viaje anteriores promulgadas por el gobierno”, indica el artículo.
La semana pasada el presidente Donald Trump anunció la suspensión de los viajes desde Europa, con excepción del Reino Unido, por un periodo de 30 días para tratar de frenar la expansión del coronavirus.
La medida sería anunciada en el curso de las próximas horas. Los agentes de la Patrulla Fronteriza recibirán orden de regresar inmediatamente a México a cualquier extranjero que intente cruzar la frontera sur entre los puertos de entrada legales.
Los solicitantes de asilo
En el caso de los peticionarios de asilo, el diario dijo que "no serían retenidos por un período de tiempo prolongado en una instalación estadounidense ni recibirían el debido proceso".
Una vez detenidos, serían conducidos al puerto de entrada más cercano y devueltos a México sin más detenciones.
Entre mayo y junio de 2018, el gobierno implementó una medida similar en la frontera con México, en el marco de la política de tolerancia cero. Por orden del Departamento de Justicia, la CBP presentó cargos criminales por entrada ilegal a los migrantes y les arrebató a sus hijos, en un afán por desincentivar la llegada de nuevos migrantes.
La medida provocó la separación forzada de miles de menores, muchos de los cuales continúan perdidos dentro del sistema, y cientos de padres fueron deportados solos a sus países de origen.
A los indocumentados que entraban por entre los puertos fronterizos se les negó el asilo. Ambas medidas, sin embargo, fueron revertidas por los tribunales de justicia por violar la ley.
Freno al virus
Los funcionarios que confirmaron al periódico el plan dijeron que el esfuerzo será crítico para evitar un brote de coronavirus dentro de las instalaciones de detención a lo largo de la frontera.
En las últimas semanas, legisladores, abogados y organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes y de derechos civiles, han solicitado al gobierno que libere cuanto antes a inmigrantes vulnerables de los centros de detención de ICE y de la CBP, para evitar los contagios.
El grupo de vulnerables lo integran mayores de 60 años, inmigrantes con padecimientos o enfermedades, mujeres embarazadas y menores de edad.
Los demandantes le piden al gobierno que utilice alternativas de detención, entre ellas fianzas, libertad bajo palabra o dispositivos (grilletes) electrónicos para garantizar que se presenten a sus audiencias migratorias o judiciales.
El gobierno no ha respondido a las exigencias. En cambio, baraja el plan reportado por The New York Times, que pretende evitar a toda costa que el coronavirus entre a los centros de detención de inmigrantes.
Demasiadas dudas
La falta de detalles respecto al plan deja en el camino muchas dudas que por ahora no tienen respuesta, entre ellas qué sucederá con aquellos inmigrantes que piden asilo en las garitas o puertos de entrada al país.
Tampoco se sabe si el gobierno de Trump contactó y cuenta con el respaldo del gobierno de México para la implementación del plan.
Otra de las interrogantes se relaciona con los más de 60,000 migrantes que han sido devueltos a México a esperar la resolución de sus casos de asilo en Estados Unidos bajo el amparo del Programa de Protección del Migrante (MPP), activado a finales de enero del año pasado.
Hasta ahora, el gobierno sigue procesando estos casos en los tribunales de inmigración temporales erigidos en la frontera de Texas.
La Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA), junto con la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ) y el sindicato de empleados de ICE, han solicitado la suspensión de los juicios mientras dura la emergencia de salud pública, y piden la liberación de inmigrantes vulnerables para salvarlos del contagio por coronavirus.
Trump ha amenazado en varias ocasiones durante su gobierno con cerrar la frontera. La meta es frenar la entrada de indocumentados, una de sus principales promesas de campaña.
Mucho antes de la aparición del coronavirus, el mandatario había ordenado a sus asesores del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) detener la inmigración ilegal, incluyendo limitar al máximo el asilo.
Los funcionarios entrevistados por el periódico, sin embargo, aseguraron que el nuevo plan no estaba destinado a lograr los objetivos de inmigración del presidente, sino que se debe a un asunto de salud pública causada por el coronavirus. Y advirtieron que sólo será implementado mientras dure la pandemia.