Sus vidas no son las mismas después del paso del huracán María por Puerto Rico el pasado 20 de septiembre. Ello porque el puente que comunicaba al barrio San Lorenzo de Morovis con el resto de la isla colapsó. Ahora dependen de la crecida del río para poder movilizarse a comprar suministros, buscar servicios del gobierno o de salud y el horario en que lo pueden hacer es limitado: de 6:00 am a 6:00 pm.
Un día de Acción de Gracias sin luz ni agua en Puerto Rico
A pesar de las grandes carencias que sufren desde el paso del huracán María, en estas fiestas los puertorriqueños dan gracias por estar vivos.

Pero, pese a todas las dificultades, dan gracias a Dios por estar vivios.
Ese es el sentir de varias familias entrevistadas por Univision Noticias que pasarán el Día de Acción de Gracias sin luz y sin agua, pero vivos.
“Hay que continuar y celebrar y aunque no haya luz, pero hay que dar gracias que estamos vivos y que toda la familia está unida, porque hay que seguir adelante”, dijo Carmen Santiago, una maestra de 46 años de edad.
En términos similares se expresó Ángel Rodríguez Torres, quien vive con su madre, una paciente encamada de 96 años.
“Estamos sin agua, sin luz y sin nada. No va a ser como en los otros años. No es lo mismo, no vamos a estar más cómodos, es difícil, pero estamos vivos”, dijo Rodríguez Torres, un retirado de 65 años.
Mientras, Leticia Rodríguez, su hija Yaralis Rodríguez y sus nietos darán gracias porque tienen vida pese a que el potente ciclón se llevó parte del techo de la casa de madera y zinc de la segunda planta donde reside Leticia.
Ambas mujeres recibieron un pavo de regalo que esperan cocinar en una estufa de gas, pues el generador eléctrico que tenían se dañó.
Yaralis, quien es madre soltera de tres menores, se expresó optimista con que Puerto Rico saldrá adelante.
“Puerto Rico no se va a levantar si nosotros no nos levantamos. Tenemos que ayudar, si no ayuadamos no nos vamos a levantar, jamás nos vamos a levantar”, destacó.
Su madre, Leticia, espera que las cosas vayan mejorando.
“Yo la voy a pasar bien. Sin luz, sin agua y sin nada, pero la vamos a pasar bien”, sostuvo la ama de casa de 67 años.
Milagros Santos, por su parte, espera poder cruzar el río para llevarle comida a su mamá y demás familiares.
“Siempre compartimos en familia, pero esta vez va a ser triste. María fue demasiado fuerte. Nos puso en esta situación difícil”, sentenció.
En el barrio San Lorenzo residente 260 familias, y un 80% de las residencias sufrió daños totales o parciales.






























