"Tanta necesidad que tenía el pueblo": Protestan en Puerto Rico por los suministros sin entregar tras huracanes y sismos
SAN JUAN, Puerto Rico.- Un centenar de puertorriqueños convirtió nuevamente este lunes en la 'Calle de la Resistencia' la emblemática Calle de la Fortaleza, frente a la mansión ejecutiva de la gobernadora Wanda Vázquez en el Viejo San Juan.
Bajo una enorme bandera de Puerto Rico, el grupo pidió al grito de "somos más y no tenemos miedo" la renuncia de Vázquez, cuyo gobierno quedó sumido en un escándalo este fin de semana cuando fue hallado un almacén atestado de agua embotellada, catres, toldos, pañales y comida para bebé que debieron haber sido entregados a los damnificados del huracán María hace dos años y a los afectados por los recientes sismos que han remecido a la isla.
Si bien aún está por verse si las protestas alcanzan la intensidad y consistencia de las manifestaciones que en julio pasado llevaron a la renuncia de Ricardo Rosselló a la gobernación de Puerto Rico, el ambiente que había frente a La Fortaleza al mediodía de este lunes hacía recordar el histórico verano del 2019. Cacerolas, pancartas criticando el manejo gubernamental, hartazgo, indignación...
Freyda Rivera relató que, hace unos cinco meses, exigió durante 15 días consecutivos la salida de Rosselló, acorralado en ese momento por denuncias de corrupción de altos exfuncionarios suyos y la revelación de un chat en el que junto a su equipo insultó y se mofó de opositores, mujeres y hasta colaboradores de su partido.
Rivera, una jubilada de 70 años, dijo a Univision Noticias que se colgó su chaleco y casco naranja y decidió apostarse otra vez frente a la residencia oficial de la gobernadora cuando supo de los suministros guardados en un almacén en el sureño pueblo de Ponce, uno de los más golpeados por el sismo de magnitud 6.4 que hace dos semanas dejó decenas de viviendas en el suelo y a miles durmiendo a la intemperie.
"Estamos indignados con tanto atropello, tanta necesidad que tenía el pueblo del sur y esos suministros ahí pudriéndose", reclamó Rivera. "Es injusto. Ellos no son ineptos, ellos son encubridores", dijo sobre el gobierno y los encargados de repartir la ayuda.
En un intento por aplacar la furia de los puertorriqueños, la gobernadora echó durante el fin de semana al director de la agencia a cargo del manejo de emergencias, Carlos Acevedo, y a los secretarios de los Departamentos de la Familia, Glorimar Andújar, y de Vivienda, Fernando Gil.
Vázquez, además, aseguró que le habían mentido sobre la preparación de algunas agencias para hacer frente a la emergencia decretada tras los constantes sismos y que repartirán todos los suministros que un grupo de ciudadanos encontró al irrumpir en el almacén.
La 'generación del yo no me dejo'
En la manifestación de este lunes había también jóvenes clamando "Wanda, renuncia", una suerte de déjà vu del "Ricky, renuncia" que retumbó en julio.
"El pueblo ha estado sufriendo por mucho tiempo y ya es una falta de respeto", dijo a Univision Noticias Lole Iglesias Lamboy, una adolescente de 15 años que fue a protestar junto a su mamá.
"La gente está más despierta. Creo que el pueblo está tratando de hacer lo que se necesita, está dando más ayuda que el gobierno, está dando la cara más que los políticos (...) el pueblo está harto", afirmó Iglesias, parte de la bautizada 'generación del yo no me dejo' que estuvo en el corazón de las protestas del verano. Son jóvenes herederos de un “desmadre” económico que crecieron en medio de acusaciones de corrupción en gobiernos de los dos partidos que históricamente se han alternado el poder en la isla.
El escándalo por la ayuda sin entregar se da, además, en un momento sensible para Puerto Rico, debido a que funcionarios de la isla han pasado meses convenciendo a Washington de que podrán administrar adecuadamente los miles de millones de dólares aprobados por el Congreso para las labores de reconstrucción.
Se trata de un monto total de unos $20,000 millones autorizados después del azote de María, de los cuales han sido desembolsados unos $1,500 millones. Una partida por unos $8,300 millones fue 'bloqueada' por el Departamento de Vivienda (HUD en inglés) comandado por Ben Carson cuando estalló la crisis política en julio pasado. HUD puso en suspenso la entrega del dinero hasta que no hubiese en pie salvaguardas de que sería utilizado apropiadamente y fuese designado un grupo que dé seguimiento a su
uso.
Y cuando finalmente HUD ha dicho que está próximo a liberar el dinero ocurre este escándalo que parece dar municiones al presidente Donald Trump para arremeter nuevamente contra los políticos puertorriqueños. Carson, por ejemplo, expresó en la víspera que las noticias sobre la ayuda encontrada eran "perturbadoras".
"Esto enfatiza la importancia de las reformas y controles financieros que hemos fijado para garantizar que estos recursos lleguen a quienes más lo necesitan (...) la corrupción debe terminar", escribió en Twitter.
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