España: PP gana elecciones que acaban con el bipartidismo

El conservador Partido Popular (PP) ganó las elecciones generales en España en unas votaciones que dejan un Parlamento muy fragmentado y que confirman el fin del bipartidismo.

Con el 100% de los votos escrutados, el partido conservador obtiene 123 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta que consiguió en las anteriores elecciones, seguido del Partido Socialista Obrero Español ( PSOE), con 90 diputados.

Los dos partidos emergentes, el progresista Podemos y Ciudadanos, de centroderecha, se sitúan en un tercer y cuarto lugar con 69 y 40 diputados, respectivamente.

Estos resultados confirman las previsiones de que España tendrá un Parlamento muy fragmentado y dejan un panorama complicado : ningún partido podrá gobernar en solitario y se deberán negociar pactos de gobierno para investir al nuevo presidente español.

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Y los pactos no pintan fáciles: las alianzas que sonaban en los medios de comunicación como más factibles por afinidad ideológica: la del Partido Popular con Ciudadanos o la del PSOE con Podemos no suman la mayoría absoluta necesaria para formar gobierno.

Además, los resultados reflejan una gran caída de votos en PP y PSOE, los partidos que han gobernado el país en las últimas décadas.

Por primera vez desde 1982, los dos grandes partidos tradicionales no suman dos tercios de los votos.

Tiempo de pactos

"Voy a intentar formar gobierno y creo que España necesita gobierno estable", afirmó el presidente Mariano Rajoy desde el balcón de la sede de su partido en la calle Génova de Madrid.

Rajoy reconoció que comienza una de "etapa que no va a ser fácil" y en la que será "necesario dialogar mucho y llegar a acuerdos".

"España necesita seguridad, estabilidad, certidumbre y confianza", insistió al defender que seguirá apostando por el modelo con el que ha gobernado el país en los últimos cuatro años.

Por su parte, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, felicitó al PP por ser la fuerza política más votada y se mostró dispuesto a dialogar.

"Se abre una nueva etapa política que tiene que dejar atrás a imposición y que tiene que abrirse al diálogo", sostuvo Sánchez al insistir que "corresponde a la primera fuerza política (el PP) formar gobierno".

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue el primero en hablar y coincidió al señalar que los resultados "abren una nueva etapa" en el país.

Su partido, Podemos, irrumpió con fuerza en el panorama político español menos de dos años después de su fundación.

"Hoy ha nacido una nueva España", afirmó el líder izquierdista en una intervención en la sede de su partido en la que celebró el fin del "sistema de turno en España" en alusión a la alternancia en el poder entre PP y PSOE.

Iglesias sostuvo que trabará para "el blindaje constitucional de los derechos fundamentales" como la vivienda y la educación y la sanidad públicas .

El líder del cuerto partido más votado, Albert Rivera de Ciudadanos, también incidió en el fin del bipartidismo hegemónico.

"Basta de resignación, de azules y rojos", sostuvo Rivera quien coincidió en señalar que "empieza una nueva etapa en España".

¿Y ahora qué?

Y en esta nueva etapa de la que hablan los candidatos habrá sin duda muchas negociaciones con un mes clave: enero.

El 13 de ese mes se conformará el nuevo Parlamento con los resultados salidos de estos comicios. Unos días más tarde el rey Felipe VI llamará a consultas a los líderes de todos los grupos que deberán proponerle un candidato a la Presidencia del Gobierno para ser sometido a un debate de investidura.

Para poder ser elegido en la votación de la Cámara de Diputados, el candidato debe obtener mayoría absoluta (176 votos) en una primera votación. Si ese candidato no lo consigue, se sometería a una segunda votación 48 horas después, en la que le bastaría una mayoría simple (más votos a favor que en contra).

En el caso de que eso no suceda, habría que repetir el procedimiento con otros candidatos propuestos.

Pero si dos meses después de la primera votación de investidura ningún candidato obtiene la confianza del Congreso, el rey disolvería las dos Cámaras y convocaría nuevas elecciones.

Más de 36 millones de españoles estaban llamados a las urnas en unas elecciones que tuvieron un índice de participación del 72% , una cifra ligeramente superior a la de los comicios de 2011.

El país llegó este domingo a las urnas golpeado por unos niveles de desempleo del 21%, unos de los más altos de la Unión Europea, que junto con los numerosos casos de corrupción que afectaron a los partidos tradicionales provocaron el surgimiento de los nuevos partidos.