Por qué el ascenso de los libertarios y los verdes es probablemente un espejismo

Sus nombres rara vez son conocidos por todo el país y sus políticas sólo logran atraer a unos pocos, pero a diferencia de otras elecciones, los candidatos alternativos se han fortalecido en las encuestas en 2016.
Los candidatos presidenciales del Partido Libertario y el Partido Verde han logrado un apoyo suficiente en encuestas y una presencia en los medios de comunicación como para motivar el debate.
La doctora Jill Stein, la candidata verde, tiene la esperanza de capturar a los demócratas descontentos con Hillary Clinton, mientras que el libertario Gary Johnson, ex gobernador de Nuevo México, quiere dar una alternativa a los republicanos en contra de Donald Trump.
Ambos han subido en las encuestas en los últimos dos meses impulsados por la poca popularidad de Trump y Clinton. En el promedio de sondeos recientes realizado por Real Clear Politics, Johnson subió de 4.5% a 7.2%. Stein en tanto incrementó su apoyo de 2.5% a 3.5%.
Más aún, en la nueva encuesta realizada por CNN/ORC, luego de la convención demócrata, los números se elevaron más: Johnson obtuvo un 9% de apoyo, mientras Stein logró un 5%. En ese mismo estudio, Clinton vence a Trump por 52% a 43%,
Espejismo
Expertos atribuyen el cambio al efecto propio de las convenciones y también al inusual momento político que vive Estados Unidos.
“Comúnmente luego de las convenciones demócrata y republicana hay un margen de votantes que está descontento y se inclina por una tercera opción”, explicó Cal Jillson profesor de ciencia política de Southern Methodist University en Dallas.
“Estamos en un ciclo electoral muy impredecible, con dos candidatos polarizantes, muchas personas que antes votarían demócrata o republicano están indecisos”, agregó.
¿Pero el alza de los candidatos alternativos llegó para quedarse? La respuesta es probablemente no. Cuando llega la hora de la verdad, los candidatos de terceros partido sufren un desplome con respecto a lo que indican las encuestas.
Según Denis Goldford científico político de la Universidad Drake en Iowa “es muy temprano para hablar de un aumento sostenido para estos partidos”.
“Usualmente cuando se acerca la elección, algunas personas cambian y votan por alguno de los dos partidos grandes”, afirmó.
Jillson coincide. “Aunque a muchos republicanos no les guste Trump y ahora hablen de Johnson, cuando se acerca la elección votan por los dos grandes partidos. No les gusta darle su voto a alguien que no puede ganar”, explicó.
“Lo mismo ocurre con Stein y los seguidores de Sanders, puede que les tome semanas o meses pasar el trago amargo, pero probablemente volverán a Clinton”, aseguró Jillson.
En ciclos electorales anteriores el impacto e influencia que han logrado este tipo de candidatos ha sido limitado.
Johnson y Stein también se postularon en 2012. Ninguno logró ganar ningún estado y adjudicarse sus votos electorales.
En el voto popular Johnson obtuvo 1,275,971 votos, un 0.99%, mientras Stein logró 469,627, es decir un 0.36%.
Perdedores que inclinan la balanza
Cuando una elección es extremadamente peleada los votos que van a los partidos alternativos, aunque pocos, pueden hacer la diferencia entre ganar o perder y ese es un impacto que preocupa a ambas campañas en este ciclo electoral.
Los demócratas todavía recuerdan cómo en 2000 su candidato Al Gore perdió contra George W. Bush por 537 votos en el estado de Florida. Ese año, el candidato por el Partido Verde Ralph Nader obtuvo 97,488 votos.
Un análisis posterior realizado por Political Science Quarterly estimó que un 47% de esos votos habrían sido para Gore y un 21% para Bush. Más que suficiente para cambiar la Casa Blanca de esos años.
En la historia reciente de Estados Unidos el ex gobernador de Alabama George Wallace logró ganar 46 votos electorales representando al Partido Independiente Americano en 1968, cuando conquistó cuatro estados del sur. Pero ese resultado es una excepción a la regla.
Este año los expertos coinciden en que la batalla entre Clinton y Trump será reñida, pero el impacto real de un candidato alternativo sólo será posible si acaparan votos en estados columpio, es decir en las áreas donde tanto demócratas como republicanos pueden ganar.
Estados y debates
En 2012 los estados columpio o más competitivos fueron Colorado, Florida, Iowa, Nevada, New Hampshire, Ohio, Wisconsin, Virginia y Carolina del Norte.
Este año el panorama no ha cambiado mucho, aunque las campañas también han decidido enfocar recursos en otras áreas que creen pueden convertirse en estados columpio.
Expertos como Goldford ven en Colorado un posible nicho donde Johnson podría tener un impacto. “En el estado están más abiertos hacia la postura libertaria. Aunque no lo ganará, sí podría restarle suficientes votos a Trump para perderlo”, dijo.
Otros estados donde cree que Johnson podría obtener apoyo son Arizona, Wyoming y el estado del que fue gobernador, Nuevo México.
El estratega demócrata German Trejo, cercano a la campaña de Clinton, ve que en un estado como Ohio un posible giro en el apoyo conservador.
“El gobernador John Kasich no dio su apoyo a Trump y en el estado hay un movimiento en su contra”, comentó. "Es una ventana de oportunidad".
Por el lado de Stein los expertos no anticipan un apoyo significativo en ningún estado.
Tanto Stein como Johnson necesitan al menos un 15% en promedio en las encuestas para reclamar un sitio en los debates presidenciales.
Por ahora ninguno lo ha logrado. Esta semana Johnson participará en un foro público con votantes organizado por la cadena CNN.