Exesposa de Rob Porter, exfuncionario que dimitió por supuestos abusos, dice estar impresionada por comentario de Trump

Rob Porter renunció a su cargo como mano derecha del jefe de gabinete de Donald Trump, John Kelly, por las acusaciones de violencia física y emocional de sus dos exesposas y una tercera novia.

Video Las acusaciones contra Porter, un escándalo que pasó de personal a político para la Casa Blanca

“Él dice que es inocente. Creo que tienen que recordar eso”, son las palabras del presidente Donald Trump que han dejado “anonadada” a Jennifer Willoughby, una de las exesposas de Rob Porter, el alto funcionario de la Casa Blanca que tuvo que dimitir la semana pasada a causa de lo que ha sido uno de los más recientes escándalos generados dentro del equipo más cercano a Trump en los últimos meses.

“Le deseamos el bien. Ha hecho un trabajo excelente en la Casa Blanca”, también dijo Trump en conferencia de prensa.

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Las palabras del mandatario estadounidense podrían ser más graves de lo que parecen, según Willoughby, quien teme que el intento por parte del presidente de minimizar la gravedad de la situación y poner sus acusaciones en duda, provoque que otras víctimas de abuso doméstico queden desalentadas y no se decidan a contar sus historias.


“Si las personas con más poder en este país no creen mi historia de abuso, frente a la abrumadora evidencia, entonces qué esperanza tienen otros de que los escuchen”, lamentó la exmaestra de escuela en un texto de opinión publicado en Time Magazine.

Willoughby contrajo matrimonio con el exfuncionario en 2009 y un año después ya había pedido el divorcio. En aquel momento declaró al tabloide Daily Mail que Porter podía ser "encantador, romántico y divertido y horriblemente furioso y manipulador" y en 2010 pidió protección de emergencia por un episodio en que, después de divorciados fuera a su casa y golpeara la puerta con violencia, hasta casi romperla. Un juez de Virginia aprobó dicha orden en aquel momento.

Otra denuncia

Por su parte, Colbie Holderness, la primera esposa de Porter, reveló a la prensa una foto que se presume pertenece al periodo en que ambos estaban juntos. En ella aparece con un ojo morado. Los abusos del ahora exsecretario de gabinete habrían comenzado durante la misma luna de miel, en 2003.

Se suma a estos dos casos, el de una novia cuyo nombre se desconoce, pero que al hacerse públicas las acusaciones contra Porter, contactó a Willoughby y Holderness para pedir ayuda por supuestamente ser víctima de lo que llamó “abuso repetido”, según reportaron varios medios.

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Rob Porter ha negado todas las acusaciones. Sin embargo, decidió apartarse del cargo que ocupaba, en un extraño gesto que no explica la situación del todo.

Algunos medios han reportado que su jefe inmediato, el jefe de gabinete John Kelly, estaba al tanto de estas acusaciones antes de que se dieran a conocer públicamente, y lo hacen responsable de que Porter haya conservado trabajo sin que la situación tuviera repercusión alguna.

Kelly asegura que no estaba familiarizado con las acusaciones y que se enteró de todo hace apenas una semana.

El escándalo de Porter ocurre en el contexto de una larga lista de recientes procesos judiciales que se han abierto contra altas figuras y corporaciones, envueltos en casos de violencia y abuso sexual que se extienden a la esfera política, la industria del entretenimiento y los medios.

En los últimos días han ocupado los titulares los macabros casos del productor hollywoodense Harvey Weinstein, el presentador de la cadena NBC, Matt Lauer, el magnate Steve Wynn, y Larry Nassar, el médico del equipo estadounidense de gimnasia, quien esta semana comenzó a cumplir su sentencia de un máximo de 175 años de prisión por lo que ha trascendido a los medios como “la peor epidemia de abuso sexual en la historia del deporte”, tras haber sido hallado culpable de haber abusado de más de 160 jóvenes atletas por más de dos décadas.

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