Nasry Asfura, el candidato presidencial conservador hondureño respaldado por el presidente Donald Trump, fue declarado este miércoles como vencedor de las elecciones en el país centroamericano, tras un recuento que demoró más de tres semanas y que incluyó acusaciones de amaño dentro del país.
Honduras: declaran ganador de las presidenciales a Nasry Asfura, el candidato apoyado por Trump
El candidato respaldado por Donald Trump, Nasry Asfura, fue declarado este miércoles vencedor de las elecciones presidenciales de Honduras por las autoridades electorales del país, poniendo fin a un recuento de varias semanas que ha mermado la credibilidad del frágil sistema electoral de la nación centroamericana.
El pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) hondureño "declara electo por período de 4 años al ciudadano Nasry Juan Asfura Zablah", señaló la presidenta del organismo, Ana Paola Hall.
Asfura, del conservador Partido Nacional, obtuvo el 40.27 % de los votos en las elecciones del 30 de noviembre, superando al cuatro veces candidato Salvador Nasralla, del conservador Partido Liberal, que terminó con el 39.39 % de los votos.
El vencedor es hijo de inmigrantes palestinos y exalcalde de Tegucigalpa, capital de Honduras. Logró la victoria en su segunda candidatura a la presidencia, después de que él y Nasralla estuvieran empatados durante un recuento de votos que duró semanas y que alimentó la preocupación internacional.
"Honduras: Estoy preparado para gobernar. No te voy a fallar" escribió el mandatario electo en redes sociales poco después de anunciarse su victoria.
El gobierno de EEUU expresó su apoyo al resultado, que prolonga el giro hacia la derecha en América Latina, apenas una semana después de que Chile eligiera al político de extrema derecha José Antonio Kast como su próximo presidente. Antes de la elección Trump amenazó con recortar la ayuda a uno de los países más pobres de Latinoamérica si no votaban por su candidato.
"Esperamos trabajar con la próxima administración para avanzar en la cooperación en seguridad bilateral y regional, detener la inmigración ilegal hacia Estados Unidos y fortalecer los lazos económicos entre los dos países", dijo el secretario de Estado, Marco Rubio, en un comunicado.
El martes por la noche, varios funcionarios electorales y candidatos ya estaban discutiendo e impugnando los resultados de las elecciones.
El conteo preliminar sufrió varias interrupciones por fallos informáticos. Luego fue necesario un escrutinio de actas con inconsistencias, que también se vio entorpecido por reclamos de los partidos que participaron como observadores.
Sin embargo, la misión electoral de la OEA descartó "indicios" de fraude, aunque sí constató una falta de "pericia".
"La Misión de Observación Electoral permanece desplegada en Honduras, realizando su labor de manera profesional e independiente, y emitirá en los próximos días un informe con sus hallazgos y recomendaciones", anunció la organización en su cuenta en X.
Por su parte, los delegados de la Unión Europea aseguraron el pasado sábado que el escrutinio especial se realizaba de "forma transparente".
Tres semanas de espera sin resultados
Los resultados supusieron un revés para la actual líder de izquierda y su partido gobernante, el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), de tendencia socialista democrática, cuyo candidato quedó en un distante tercer lugar con el 19.19 % de los votos.
Asfura se presentó como un político pragmático, destacando sus populares proyectos de infraestructura en la capital. Trump respaldó al conservador de 67 años pocos días antes de las elecciones, afirmando que era el único candidato hondureño con el que la administración estadounidense estaría dispuesta a trabajar.
Nasralla ha sostenido que las elecciones fueron fraudulentas y pidió un recuento de todos los votos pocas horas antes de que se anunciaran los resultados oficiales.
El martes por la noche, se dirigió a Trump en una publicación en X, escribiendo: "Señor presidente, el candidato que usted respaldó en Honduras es cómplice de silenciar los votos de nuestros ciudadanos. Si realmente es digno de su apoyo, si tiene las manos limpias, si no tiene nada que temer, ¿por qué no permite que se cuenten todos los votos?".
Él y otros opositores de Asfura han sostenido que el respaldo de última hora de Trump fue un acto de interferencia electoral que, en última instancia, influyó en los resultados de la votación.
Las inesperadamente tumultuosas elecciones también se vieron empañadas por un lento recuento de votos, lo que alimentó aún más las acusaciones.
La nación centroamericana estuvo estancada en el limbo durante más de tres semanas debido al retraso en el recuento de votos por parte de las autoridades electorales, y en un momento dado se paralizó tras convocarse un recuento especial de los resultados finales, lo que provocó las advertencias de los líderes internacionales.
Antes del anuncio, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Albert Rambin, hizo el lunes un "llamado urgente" a las autoridades hondureñas para que concluyeran el recuento especial de los votos finales antes de la fecha límite del 30 de diciembre. La administración Trump advirtió que cualquier intento de obstruir o retrasar el recuento electoral tendría "consecuencias".
La presidenta Castro critica el papel de Trump
Para la presidenta progresista Xiomara Castro, la elección supuso un ajuste de cuentas político. Fue elegida en 2021 con la promesa de reducir la violencia y erradicar la corrupción.
Formaba parte de un grupo de líderes progresistas latinoamericanos que fueron elegidos hace unos cinco años con un mensaje esperanzador de cambio, pero que ahora están siendo destituidos tras no haber cumplido su visión. Castro dijo la semana pasada que aceptaría los resultados de las elecciones, incluso después de afirmar que las acciones de Trump en las elecciones equivalían a un "golpe electoral".
Sin embargo, Eric Olson, observador internacional independiente durante las elecciones hondureñas con la Fundación Internacional de Seattle, y otros observadores dijeron que el rechazo a Castro y su partido era tan definitivo que tenían poco margen para impugnar los resultados.
"Muy pocas personas, incluso dentro de LIBRE, creen que ganaron las elecciones. Lo que dirán es que ha habido fraude, que ha habido intervención de Donald Trump, que deberíamos anular las elecciones y votar de nuevo", dijo Olson. "Pero no están diciendo 'ganamos las elecciones'. Está bastante claro que no lo hicieron".
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