A poco más de un mes de que se lleven a cabo las elecciones generales en Honduras, y que con ello se decida el rumbo de uno de los países más azotados por la pobreza, violencia y cambio climático en Centro y Sudamérica, el groso de la población solo espera que estas signifiquen un cambio genuino de gobierno y que con ello lleguen las oportunidades necesarias para que nadie más tenga que irse en busca de mejor fortuna.
Hondureños esperan que próximas elecciones generales se traduzcan en oportunidades para no abandonar su país
El ambiente actual en el país, perteneciente al llamado Triángulo Norte de Centroamérica, se refleja en el rostro de sus habitantes, mismos que hoy, más que nunca, están dispuestos a defender su voto para obtener un futuro más prospero que tanto necesitan.

El ambiente actual en el país, perteneciente al llamado Triángulo Norte de Centroamérica, se refleja en el rostro de sus habitantes, mismos que hoy, más que nunca, están dispuestos a defender su voto para obtener las oportunidades que tanto necesitan.

«Fuera JOH» es la consigna que puede leerse en pintas sobre muros de prácticamente todo Tegucigalpa, refiriéndose al presidente actual, Juan Orlando Hernández Alvarado, quien fue reelegido en las elecciones de 2017, las cuales han sido calificadas de fraudulentas, pues hay registro de que el sistema reportó poco más de 600 caídas, dándole la victoria nuevamente.
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A su vez, Hernández Alvarado también está acusado por fiscales de Nueva York, EEUU, por envíos de droga y por malversar fondos de la asistencia estadounidense a través de falsas organizaciones benéficas.
De acuerdo con el director del Centro de Estudios para la Democracia en Honduras (CESPAD), Gustavo Irías, de diciembre de 2020 a la fecha, ha habido 20 candidatos a diversos cargos asesinados, cifra que duplica los números registrados en las elecciones de 2017, lo que da cuenta de la violencia que se vive de cara a que poco más de 5 millones de personas emitan su sufragio.
Además, existe un promedio diario de entre 10 y 11 asesinatos en un país de aproximadamente 10 millones de habitantes.
Ante ello, este miércoles 14 de octubre, y en aras de fortalecer la oposición al régimen del Partido Nacional, y que para estas elecciones ha designado a Nasry Juan Asfura Zablah, mejor conocido como «Tito Asfura» o «Papi a la Orden», los candidatos a la presidencia hondureña por el Partido Salvador de Honduras (PSH), Salvador Nasralla, y del Partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, resolvieron formar alianza a poco más de un mes de que se lleven a cabo las elecciones generales.
Así, Nasralla abandonó su carrera en busca de la presidencia, y se ha adherido a la campaña de Castro, para «sacar a esta dictadura», dijeron, «recuperar la paz, la justicia y la igualdad».
Y es que, estas elecciones, dijo Irías en entrevista, «son la gran oportunidad histórica de la sociedad hondureña de poder hacer efectivo un cambio de régimen autoritario, de poder recuperar los retrocesos democráticos, el estado de derecho, restaurar los derechos humanos y de que pueda tener una oportunidad de abrir el camino a empujar una serie de reformas significativas, que son más que necesarias para hacer frente a la múltiple crisis que vive el país».
Por su parte, la consejera secretaria Rixi Moncada del Consejo Nacional Electoral (CNE), institución creada en 2019 y que estará por primera vez a cargo de estas elecciones, dijo que serán justo estos comicios generales «los más importantes de la década» que viene en el país.
Para ello, precisó, el Consejo administra, organiza y garantiza poder llegar al día de las elecciones con el material electoral en cada una de las juntas receptoras de votos, pese a que las condiciones en el país son «bastante complejas».
Al ser cuestionada sobre si estas serán unas elecciones limpias, la consejera subrayó que «formalmente sí», ya que, «el pleno de consejeros ha trabajado con cientos de obstáculos estos dos años y un mes, para tener un proceso electoral diferente al de 2013 y 2017».
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Agregó que «garantizar que en 18 mil juntas receptoras de votos se va a administrar de forma pulcra y plena la voluntad popular, lo veremos el día de la elección», pues, explicó, este país está «derrumbado después del golpe de Estado».

«Es un Estado que tiene autoridades formales, que tiene instituciones constitucionales, que tiene edificios y funcionarios nombrados, pero es un Estado sin justicia y es un Estado donde los derechos garantizados formalmente, en la práctica son una verdadera tragedia», subrayó.




