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Crisis en Venezuela

¿Cómo funcionará el nuevo mercado cambiario impuesto por Maduro en Venezuela?

El régimen de Nicolás Maduro pone en marcha un sistema que operará a través de mesas de cambio en los bancos privados y públicos. Si bien no se contemplan restricciones como las que ha habido en los últimos 16 años para la compra de dólares, la situación de la economía indica que la oferta de divisas seguirá siendo escasa y luce lejana la estabilización del dólar.
13 May 2019 – 05:07 PM EDT
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Un comerciante cuenta bolívares y dólares en billetes en Caracas. Crédito: CRISTIAN HERNANDEZ/AFP via Getty

CARACAS, Venezuela.- Tras 16 años en los que el gobierno venezolano ha intentado controlar cuántos dólares pueden comprar los particulares y las empresas, la administración de Nicolás Maduro se ha visto forzada a anunciar un nuevo mercado cambiario que no establece restricciones de montos y operará a través de los distintos bancos privados y públicos del país.

La resolución del Banco Central de Venezuela explica que los bancos crearán mesas de cambio donde las empresas privadas y las personas naturales podrán comprar y vender divisas “sin restricción alguna”. Al final de cada jornada cada banco publicará el tipo de cambio promedio ponderado de las operaciones que concretó y el volumen transado.

Esta información será reportada al Banco Central que la utilizará para calcular el tipo de cambio promedio ponderado de todas las operaciones efectuadas en el sistema financiero y este será el tipo de cambio oficial de cada día.

Si bien el Banco Central anunció que el nuevo mercado comenzaría este lunes 13 de mayo, solo unas pocas entidades financieras iniciaron operaciones de compra y venta de dólares en efectivo a través de sus taquillas. Aun está pendiente que la banca ponga en marcha la plataforma tecnológica que permitirá transacciones entre los distintos bancos a través de transferencias y en montos elevados.

Por tratarse de transacciones en efectivo, para las operaciones por taquilla se establece un monto máximo por persona de hasta el equivalente a 1,000 euros diarios, 4,000 euros al mes y 8,500 euros al año.


El nuevo mercado cambiario nace en una economía en crisis que carece de suficientes dólares para satisfacer la demanda de divisas: la producción de petróleo, el producto que provee 96% de los dólares que ingresan al país, se ubicó al cierre de marzo de este año en 960,000 barriles diarios, cifra que implica una caída de 65% respecto a marzo de 2014.

Las reservas internacionales –el tanque de divisas que tiene a mano el Banco Central para tratar de estabilizar al mercado cambiario– están en el nivel más bajo desde 1997 y mayoritariamente contienen barras de oro porque la porción en efectivo prácticamente ha desaparecido.

En este entorno, las importaciones se han desplomado y la producción cae en todos los sectores de la economía porque las empresas no tienen suficientes divisas para comprar en el exterior materia prima, insumos y repuestos para la maquinaria.

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De acuerdo con estimaciones de Torino Capital en febrero de este año las importaciones se ubicaron en 328 millones de dólares, cifra que se traduce en un declive de 83% respecto a febrero de 2014, el año en que comenzó la recesión.

Torino Capital basa su estimado en los números provenientes de 31 países que comercian con Venezuela como Estados Unidos, China, Brasil, Argentina, México, Colombia, Alemania, Canadá, España, Chile, Ecuador, Reino Unido, Francia, Japón, Uruguay e India.


Todo apunta a que continuará la sequía de divisas. Hermes Pérez, quien se desempeñó en el departamento de operaciones cambiarias del Banco Central, advierte que “ el principal proveedor de dólares en el país es Pdvsa y la producción de petróleo ha caído fuertemente, muy pocos dólares van a ser ofertados y eso va a atentar contra el nuevo sistema”.

El diputado José Guerra, que fue gerente de investigaciones económicas en el Banco Central, indica que las fuentes de divisas de Venezuela son tres: las exportaciones petroleras, las muy pocas exportaciones que todavía hace el sector privado y las remesas. "Creo que las divisas provenientes de petróleo, que se han reducido notablemente, se utilizarán para las importaciones del gobierno y muy pocos venezolanos en el exterior traerán sus remesas a través de las mesas de cambio por la desconfianza”, dice el parlamentario.

¿Qué ocurrirá con el mercado paralelo?

Los venezolanos en el exterior envían divisas a sus familiares a través del mercado paralelo, que opera al margen de las autoridades. Aunque de acuerdo a la resolución del Banco Central en el nuevo sistema ya no habrá limitaciones en los montos y la cotización del dólar obedecerá a la oferta y la demanda, todo apunta a que la vía alterna seguirá existiendo.

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, considera que “ el mercado paralelo continuará siendo relevante para operaciones de montos bajos que no serán atractivos para la banca dado los elevados costos operativos que supone. Este esquema es una competencia importante para las operaciones cambiarias del segmento corporativo que es el de las transacciones con grandes volúmenes”.

Hermes Pérez considera que sí es factible esperar que parte de las remesas comiencen a ingresar al país a través del nuevo sistema porque “va a ser más seguro realizar la operación a través de un banco privado donde tienes tu cuenta que por medios menos confiables. Las mesas de cambio le van a quitar preponderancia al mercado paralelo tanto en el segmento de las empresas, donde mayoritariamente se va a preferir la alternativa legal y también en las transacciones de montos bajos”.

La firma Síntesis Financiera explica que el nuevo mercado cambiario ofrece un amplio margen de maniobra para la compra y venta de divisas: "La evolución de este mercado, a nuestro juicio será lenta y estará marcada por un excedente estructural de demanda. El mercado paralelo continuará operando para todos los agentes económicos que tengan reticencia a participar en un mercado regido y vigilado por el Banco Central de Venezuela”.

La cotización inicial: 5,202 bolívares por dólar

El 20 de agosto de 2018 el gobierno puso en marcha el Programa de Recuperación Económica y estableció un tipo de cambio oficial de 60 bolívares por dólar, pero la moneda se hundió y el nuevo mercado cambiario ha iniciado operaciones en 5,202 bolívares por dólar, que es el nivel alcanzado en el último día de operaciones del sistema anterior que administraba directamente el Banco Central. En el mercado paralelo se cotiza a un precio superior de 5.900 bolívares por dólar.

En un entorno donde la oferta de dólares va a ser baja y la demanda elevada, porque las empresas necesitan importar materia prima e insumos y las personas naturales buscan protegerse de la hiperinflación comprando divisas, lo esperable es que el dólar continúe el ascenso, pero el Banco Central ha tomado medidas para frenarlo.

El Banco Central recorta el crédito para evitar que haya financiamiento para la compra de dólares y, de esta manera, contiene la demanda de divisas. Para lograrlo ha aumentado en magnitudes inusuales la proporción de los depósitos que los bancos no pueden prestar y deben congelar a manera de reserva: desde el 11 de febrero los bancos tienen que depositar en la cuenta de reservas el 100% de los nuevos depósitos y 57% de todas las captaciones.

José Guerra señala que “la poca oferta de divisas crea una potencial desestabilización de la tasa de cambio, pero esto puede matizarse si el Banco Central continúa con la política suicida del encaje bancario que está impactando a la banca y secando a la economía”.

La firma Síntesis Financiera indica en su último informe que “la ausencia de financiamiento al consumo, al capital de trabajo y a la inversión son el altísimo precio que la economía está pagando” por el recorte del crédito.

El aumento de las reservas ha dejado a un grupo de bancos sin suficiente liquidez y las alarmas se han encendido. Las estadísticas oficiales registran que la semana pasada entidades financieras urgidas de fondos llegaron a cancelar una tasa de interés de 118% para recibir créditos de otros bancos y, de esta forma, poder superar la iliquidez.

A raíz de las sanciones de Estados Unidos la mayoría de los bancos corresponsales, es decir, las entidades financieras extranjeras que canalizan la
transferencia de los fondos y permiten que, por ejemplo, una empresa en Venezuela le pague a otra en el exterior han suspendido o limitado las operaciones en el país.

Esto se traduce en limitaciones para la transferencia de los fondos y la liquidación de las divisas. Asdrúbal Oliveros explica que “los bancos venezolanos y sus corresponsales son, en extremo cuidadosos, con dar luz verde a operaciones de compra-venta de divisas, y cuando las operaciones son iguales o superiores a diez mil dólares, algo normal para cualquier empresa, es mucho peor”.

José Guerra indica que “un asunto a tomar en cuenta es cómo se van a liquidar las divisas en vista de la falta de bancos corresponsales”.

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