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Abortos

El Senado argentino le dijo “no” al aborto legal, pero el movimiento de mujeres es imparable

Después de una histórica sesión y pese a la negativa, una referente del feminismo asegura que el país “dio un paso enorme” y dice ya trabajan para que la ley salga el año próximo.
9 Ago 2018 – 08:42 AM EDT
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BUENOS AIRES, Argentina.- Las arengas se repiten una y otra vez. Salen de la Plaza del Congreso y de las calles aledañas y atraviesan las paredes del recinto, donde los senadores ocupan sus bancas. Una marea formada por cientos de miles de pañuelos verdes grita el primero: “Iglesia. Estado. Asunto separado”. Al rato sigue otro que ignora la lluvia sin tregua en Buenos Aires: “Mujer, escucha. ¡Únete a la lucha! Y finalmente el pedido: “Aborto legal en el hospital”. Del costado sur de la plaza, con pañuelos celestes, los militantes en contra de la legalización del aborto piden de una forma abstracta -y como una mera reacción- salvar “las dos vidas” sin demasiadas propuestas de cómo hacerlo. Esas son algunas de las escenas de la extensa vigilia, que reunió alrededor de dos millones de personas sólo en la capital.

Finalmente, esta madrugada, luego de una histórica sesión que duró casi 16 horas, el Senado rechazó la legalización del aborto en la Argentina por 38 votos a 31. El “no” fue transversal y reunió votos tanto en Cambiemos –el partido del presidente Mauricio Macri– como en el Partido Justicialista y el kirchnerismo. En junio pasado, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas de gestación e incorpora la práctica al sistema público de salud.

Desde la noche del martes, las calles comenzaron a poblarse de cientos de miles de jóvenes que llegaron desde distintos puntos del país.

Algunos alquilaron hoteles cercanos al Congreso. Y hay quienes optaron por montar una improvisada carpa en las avenidas cercanas. Se montaron escenarios con grandes shows para amenizar una larga espera antes de la votación. Fueron 62 oradores en el debate histórico de una de las leyes que despertó más interés en la opinión pública desde el regreso de la democracia.

“En la Argentina, se registraron unas tres mil muertes por abortos inseguros desde la llegada de la democracia. Son sólo estimaciones porque reina la clandestinidad. Aun sin ley, ante el embarazo no deseado, las mujeres seguirán entregándose a escondidas a las manos de un seudocirujano”, inició el debate y adelantó su voto positivo Pedro Guastavino, de la provincia de Entre Ríos. “ Esta ley no obliga ni recomienda a nadie abortar. Sólo defiende el derecho a elegir. Si no hay ley, vamos a contribuir a la clandestinidad”, siguió en la misma línea Norma Durando, de La Pampa.


Mientras el debate avanzaba, las calles porteñas eran una marea incontrolable. Del lado “verde”, a favor de la ley, se montaron shows de artistas como Hilda Lizarazu, Mariana Baraj, Liliana Felipe y Ana Prada. Mientras que el “Festival por las Dos Vidas” reunió a artistas cristianos, como Gabriel Bazán y el grupo Rescate.

El debate también sirvió como un botón de muestra de lo más retrógrado de cierta clase dirigente argentina. Rodolfo Urtubey, senador por Salta y hermano del gobernador de esa provincia, dijo en su exposición: “Hay casos en los que la violación no tiene violencia sobre la mujer".

Alrededor de la una de la mañana, cuando todos los conteos daban por hecho el triunfo del “no”, llegó uno de los discursos esperados por muchos: Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta, senadora por la provincia de Buenos Aires e indiscutible líder de la oposición tenía una posición contraria a la legalización del aborto, pero explicó las razones de su cambio de opinión. “¿Quiénes me hicieron cambiar la forma de pensar? Las miles de chicas que critican a la sociedad patriarcal. Los senadores están rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo. Esta ley no obliga a nadie a hacerse un aborto. Estamos bajando la cortina de la discusión. Es una pena que no hayamos podido abordar un consenso”, dijo.

Cerca de las tres de la mañana, en una helada noche con seis grados, los senadores pulsaron sus botones para decirle “no” a la legalización. Desde el bando de “las dos vidas” se festejó como si fuese un triunfo. Una alegría por dejar las cosas como están, con 43 muertes por abortos clandestinos por año y 47 mil gestantes que requirieron atención hospitalaria por complicaciones derivadas de interrumpir un embarazo. La “ola verde” terminó triste, pero orgullosa.

¿Cómo se seguirá debatiendo el tema? El 21 de agosto, el Poder Ejecutivo mandará al Senado un proyecto de reforma del Código Penal, que apuntará a la despenalización de la mujer que se practique un aborto (ahora hay penas que van de uno a cuatro años de prisión). Es un avance, pero aún lejos del proyecto de ley impulsado por los movimientos feministas, que busca un aborto seguro, legal y gratuito.

Irreversible

El proyecto de ley por el aborto legal hubiese sido imposible sin el trabajo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una alianza argentina de organizaciones que trabaja por este objetivo desde 2005. Nelly “Pila” Minyersky es abogada, militante feminista, una de las fundadoras del colectivo y una de las redactoras del proyecto que logró media sanción en Diputados.

Después de la votación, su voz está fatigada por las horas, pero suena luminosa y esperanzada. Dice que a las mujeres nunca los derechos le fueron regalados. Y que se consolidó algo imparable, que impulsará la ley más temprano que tarde.


“Los senadores y senadoras tenían la oportunidad de figurar en los anales de la historia por contribuir al progreso de su país y no a sus creencias particulares. Pero no lo hicieron. Podríamos estar frustradas, pero no nos sentimos así porque creo que ganamos. Mañana mismo nos pondremos a trabajar para que la ley se debata el año próximo. ¿Se imaginan la cantidad de gente que estará en las calles? Sacamos la sexualidad del oscurantismo. Eliminamos el tabú en torno al aborto. Es un paso adelante enorme. Esto es irreversible. Ahora somos muchas”, le dijo Minyersky a Univision Noticias.

Se demoró la conquista de un derecho en la Argentina. No es una decisión gratuita porque implicará más muertes por abortos clandestinos. Pero el movimiento de mujeres -fuerte y masivo- resulta imparable en el país. En cada bus de la ciudad y en cada subterráneo, hombres y mujeres sonríen cómplices cuando identifican en el otro un pañuelo verde en el puño, la mochila o el cuello. Resulta difícil pensar que esos pañuelos se guardarán en un cajón hasta el año próximo, cuando se discuta nuevamente la ley. En los últimos meses, millones de personas se educaron gracias a un debate sobre un tema del que no se hablaba. Con la paciencia de la piedra, Minyersky lo explica mejor que nadie. “ Los senadores no lo entendieron, pero ya lo harán. Y será ley”.

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