Conservadores y liberales critican por igual el plan del gobernador Abbott para reactivar Texas

El gobernador Greg Abbott prometió que la reapertura de Texas sería un proceso revisado por especialistas y que se realizaría en fases. Y por eso se ha ganado críticas tanto por los republicanos que opinan que el procedimiento es lento como por los demócratas que dicen que todavía es muy pronto.

Texas comenzó la primera de las tres fases para reabrir su economía este viernes 1 de mayo, un día después de que registró más de 50 muertes, la mayor cifra desde que comenzó la pandemia del coronavirus.

“Los virus no respetan fechas”, dijo la juez Lina Hidalgo este viernes al referirse al proceso. Hidalgo ha recibido numerosas críticas de líderes republicanos por sus acciones durante la emergencia, como la medida de obligar a los residentes mayores de 10 años a usar tapabocas en público. El concejal Gregorio Casar, de Austin, dijo que la decisión de Abbott causará más hospitalizaciones.

Especialistas de salud, además, han advertido que el estado aún no alcanza la cima de contagios y que Texas tiene uno de los promedios más bajos en todo el país en cuanto al número de pruebas: ocupa el sitio 48 entre 50 estados.

Pero las críticas contra Abbott no vienen solo de sus opositores o especialistas, sino también desde sus compañeros de partido, el Partido Republicano. Entre ellos están los activistas que protestaron en la capital del estado, liderados por el comentarista ultraconservador Alex Jones, y candidatos en las elecciones de noviembre que consideran que la decisión ha llegado tarde y que el proceso es lento.

“La estrategia de Abbott, hasta ahora, ha sido evitar confrontaciones que pudieran afectar el delicado curso de su decisión. En la línea hay muchas vidas, y un potencial rebrote del virus del que el gobernador deberá asumir la responsabilidad”, escribió Patrick Svitek, analista político, en el Texas Tribune.

División entre conservadores

El vicegobernador Dan Patrick, que ha insistido en que vale la pena morir para salvar la economía de EEUU, explicó en un town-hall virtual organizado por activistas conservadores que el gobierno texano se había ajustado a los consejos de especialistas, aun cuando “ellos no controlan las decisiones”.

“Escuchamos sus consejos aunque son más precavidos de lo que ustedes como empresarios, o incluso yo mismo, lo serían”, comentó. En esa reunión, Patrick sugirió también que los salones de belleza y barberías podían abrir hacia el 18 de mayo.

La presión para Abbott se ha extendido entre las autoridades locales. Mark Keough, juez del condado de Montgomery (sur de Houston), dijo esta semana que estaba dispuesto a desconocer las medidas para la apertura y permitir el funcionamiento de todos los negocios. No fue hasta este viernes, después de que Abbott envió una nueva directiva en que repetía las restricciones, que dio marcha atrás.

Keough no era el único destinatario de la nueva directiva de Abbott. En Colleyville, en el área oeste de la zona metropolitana de Dallas/Fort Worth, el alcalde Richard Newton dijo la semana pasada que permitiría el funcionamiento de restaurantes con terraza y salones de belleza independientemente de lo que dijera el gobernador.

Newton dijo que se comunicaría directamente con la oficina de Abbott para decirle que desconocería el proceso de reactivación previsto, que ha sido refrendado por la directiva enviada por el gobierno texano este viernes.

Otros incluso han convocado a manifestaciones. La republicana Katheleen Wall, candidata por el distrito 22 (Houston), dijo que recorrería restaurantes de la ciudad para celebrar la reapertura y grupos conservadores convocaron la a una manifestación en los Fort Worth Stockyards la tarde de este viernes.