HOUSTON, Texas. – El rompecabezas del asesinato de María Elena González, la niña de 11 años cuyo cuerpo fue descubierto bajo una cama en el apartamento donde vivía en Pasadena, Texas, sigue armándose y la ficha más reciente que se agregó fue el arresto en Luisiana de Juan Carlos García Rodríguez, sospechoso del crimen.
La niña María Elena González y su papá habían hablado de Juan Carlos García horas antes del crimen
Mientras se espera que Juan Carlos García Rodríguez, presunto asesino de la niña guatemalteca, sea traído a Houston para enfrentar la justicia tras su arresto en Luisiana, salen a la luz nuevos detalles del crimen.

Los detalles de este crimen impensable, ocurrido el sábado 12 de agosto, se siguen conociendo a cuentagotas, pero con lo revelado hasta ahora se ha esclarecido parte del hecho.
Este lunes 21 de agosto, se publicaron los documentos judiciales de la acusación de asesinato con posibilidad de pena capital contra Juan Carlos García y allí hay algo que llama la atención.
Carmelo González y su hija María Elena hablaron brevemente sobre Juan Carlos García horas antes del crimen.
Ese dato sobresale en el relato que hicieron los investigadores tras hablar con el señor Carmelo.
Él les contó que ese sábado, cuando estaba a punto de salir para el trabajo por la mañana, escuchó a un hombre hablando por celular en la en unas escaleras cerca de su apartamento.
Al parecer, él le habría preguntado a su hija quién era esta persona cuando ella volvió al apartamento luego de haber ido a sacar la basura.
“La (ahora) fallecida le informó que el sujeto hablando por teléfono en las escaleras era el vecino de pelo largo”, se lee en los documentos judiciales.
Qué pasó cuando el padre de María Elena González salió a trabajar
Al poco tiempo de que el señor Carmelo llegara a su trabajo, a las 10:02 am del sábado 12 de agosto, recibió un audio mensaje de su hija en WhatsApp.
Le decía que a lguien estaba tocando en la puerta de su apartamento y el padre le contestó con otro audio preguntando si esa persona había entrado o si ella había averiguado qué quería.
María Elena envió otro audio en el que le decía que “ella aún estaba en la cama en el dormitorio”.
Después de eso ya no respondió los mensajes de texto de su padre y él se preocupó.
Fue cuando les pidió a familiares que vivían en el mismo complejo de apartamentos que fueran a revisar a la niña.
Horas después, a eso de las 2:30 pm, él regresó al apartamento y encontró a su hija en una bolsa negra, metida en una canasta de ropa, por debajo de la cama.
Él declaró que sacó la canasta de inmediato y descubrió que su hija no estaba respirando.
La versión contada por el señor Carmelo a los investigadores sobre haber ido a su trabajo esa mañana fue corroborada por su patrón, quien dijo que el hispano estuvo laborando entre las 10 am y las 2 pm.
Al buscar a María Elena, el padre halló la pista reina del caso
Don Carmelo estaba tratando de localizar a su hija en el apartamento donde vivían, el #204, y notó que las cobijas y tendidos de su cama estaba tirados en el piso, según el relato consignado en documentos judiciales.
Al recogerlos, vio una llave plateada en el suelo que no estaba atada al cordón color rosa en el que la niña mantenía colgada la suya.
Cuando los investigadores le preguntaron si él había cambiado las chapas de la puerta, contestó que no y ellos comprobaron que la llave no abría la puerta de su hogar.
Mientras se recogían los testimonios de vecinos en el complejo de apartamentos el 12 de agosto, un detective habló con los tres ocupantes del apartamento #203: Álvaro Evelio Sis Tista, Emerson Mardiny Xitumul Volvito y Juan Carlos García Rodríguez.
El investigador observó que Juan Carlos tenía el cabello largo, hasta los hombros, mientras sus compañeros de cuarto lo tenían corto.
Durante las pesquisas, los detectives notaron que el apartamento donde vivían estos tres hombres parecía tener la chapa de la puerta recién cambiada y quedaba a unos seis pies de distancia del que rentaba don Carmelo con su hija.
Las evidencias que inculpan a Juan Carlos García
Los peritos hablaron con Álvaro, quien tenía el apartamento rentado a su nombre, y él les confirmó que había cambiado la chapa el lunes 14 de agosto, justo después de que Juan Carlos se había ido de ahí con la excusa de que tenía otro trabajo y no les devolvió su copia de la llave.
Álvaro aseguró que solo había tres copias de la llave. Él y el otro compañero, Emerson, tenían las suyas.
Como Juan Carlos se negó a devolver su copia, Álvaro sintió nervios y por eso cambió la chapa, pero conservó la antigua.
Eso permitió que los investigadores pudieran comprobar que la llave que apareció tirada en la casa de la víctima abría el apartamento donde vivían los tres hombres.
Además, el día del crimen, un detective había hablado con Juan Carlos y el joven dijo que se había quedado desde la noche del viernes hasta la tarde del sábado en el apartamento de unos parientes que viven en el mismo complejo.
El detective habló con los parientes y corroboró que el joven si pasó la noche del viernes con ellos, pero se marchó a eso de las 9 am del sábado.
Con la prueba de la llave y el testimonio engañoso que dio Juan Carlos, los detectives lograron que la fiscalía aceptara considerar a este joven como único sospechoso del crimen de María Elena.
¿María Elena y Juan Carlos se conocían?
La respuesta a esa duda no se conocerá en concreto hasta que los investigadores de Pasadena interroguen a Juan Carlos luego de que sea extraditado desde Luisiana.
El sargento Raúl Granados dijo a Univision 45 que el complejo de apartamentos donde vivía la víctima y el presunto agresor es tan chico que todos se conocen.
“Nosotros sabemos que él proviene de la misma área donde vivía la niña… además, como es pequeño el complejo de apartamentos han cruzado camino o tenían conocidos en común”, explicó Granados.
Dijo que no sabe si la niña o el papá hablaron con el sospechoso en algún momento.
Ante la pregunta de si este sujeto forzó la entrada al apartamento de la niña o ella le abrió, el oficial dijo que eso será parte del interrogatorio que se le harán cuando lo traigan, pero aclaró que la puerta no tenía ningún daño.
Traslado de Juan Carlos García a Pasadena
La extradición del sospechoso puede tardar una semana o 15 días, dependiendo del proceso que él elija seguir en Luisiana, dijo Granados.
Si decide no pelear la extradición, el traslado ocurre más rápido y estaría aquí en pocos días.
Juan Carlos tenía una audiencia para su extradición este lunes 21 de agosto, pero no se realizó.












