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¿Te dan ganas de huir cuando alguien demuestra demasiado interés? Esta puede ser la razón

Sales un par de veces y todo parece ir bien. Te diviertes, hay algún que otro beso y entonces llega el momento temido: te dice que quiere algo serio. En ese momento sientes que los pelos de tu nuca se paran, se te pone la piel de gallina y la respiración se hace más rápida como si estuvieras siendo acechado por un cazador. Quieres huir como sea. 

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Para muchos una persona deja de ser atractiva cuando les muestran interés. Una vez que se acaba la etapa del filtrear y el otro quiere empezar algo serio muchos hacen como un mago y desaparecen. Si te ves identificado en esto tal vez te preguntarás por qué sucede, ¿será que las  personas que  demuestran demasiado interés son necesitadas y dependientes? ¿O el problema somos nosotros? Aquí tenemos la respuesta.

No eres tú, soy yo

Imagen Thinkstock

La respuesta varía de acuerdo a cada persona, pero una de las razones más usuales por las que rechazamos a este tipo de personas es el  miedo a terminar heridos. Es mucho más fácil estar en una relación superficial que ponernos en una situación de vulnerabilidad y terminar lastimados.

Cuando huyes de una relación que tiene el potencial de crecer y convertirse en algo más profundo te estás protegiendo de la posibilidad de terminar herido. Si una persona que quiere algo más que solo ser amigos te ahuyenta, entonces puede ser que tengas  miedo a la intimidad y a sentirte vulnerable frente a otras personas.

Sin embargo, puede haber otra razón y todos los casos son, naturalmente, distintos. Puede ser que huelas la desesperación en la otra persona y eso te provoque salir corriendo hacia la salida más cercana. Si ves que una persona se apresura demasiado, el problema no eres tú, son ellos.

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Si no sabes exactamente a qué se debe tu rechazo hacia este tipo de personas, un poco de introspección está en orden. Una forma de hacerlo es mirar tus  relaciones anteriores. «Piensa sobre cuáles fueron tus ejemplos de intimidad y amor en tus relaciones pasadas y en tu  vida familiar», explicó Jesse Kahn, directora y supervisora del Colectivo de Terapia de Género y Sexualidad de  Nueva York en una entrevista con  Refinery29

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Los hijos tendemos a ver como normales algunos de los gestos que vimos durante la infancia, por ejemplo, si tus padres no te prestaban demasiada atención, entonces puede ser que hoy recibirla te haga sentir incómodo. Puede haber muchas razones que expliquen por qué  rechazamos a las personas que nos prestan mucha atención, pero lo bueno es que, si se trata de miedo, puedes revertirlo trabajando en ti mismo.