Hablar de engaños no es fácil. Es complejo y hasta doloroso para muchas personas. ¿Por qué los humanos engañan? ¿Por qué lo hacen incluso en una relación que parecía ir por buen camino? ¿Será que somos capaces de amar a alguien y de todos modos ponerle los cuernos?
¿Se puede amar a una persona y engañarla? Lo que dicen los expertos te sorprenderá
La realidad es que los temas del amor no pueden analizarse bajo un microscopio para conseguir resultados científicos precisos que se apliquen a todos en el planeta. En definitiva, toda relación necesita conversar acerca de lo que se considerará como una infidelidad, porque ser infiel no implica las mismas acciones para todos.
¿Por qué las personas engañan a sus parejas?
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Así como el amor es un tema con diferentes significados y vertientes, las infidelidades también lo son. El 100 % de los engaños no suceden por las mismas causas. El terapeuta especializado en relaciones Robert Weiss, definió 13 razones por las cuales un hombre engaña a su pareja. Entre ellas se encuentran: inmadurez, inseguridad en sí mismo, expectativas irreales, impulsividad, venganza, deseo de terminar la relación y adicciones.
No existe una única razón por la cual un hombre pone los cuernos. Con las mujeres sucede lo mismo. Una encuesta realizada por la Universidad de Maryland a 495 hombres y mujeres investigó las principales razones que incitan a alguien a buscar atención en otro sitio. Carencia de compromiso, rechazo, falta de amor, enojo, rechazo y cuestiones de estima, fueron los principales resultados.
Como vemos, la infidelidad tiene diversas raíces. Ese nivel de complejidad puede despertar en nosotros la duda de si será posible que alguien engañe a otra persona a la cual ama de verdad.
Amor e infidelidad
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La antropóloga Helen Fisher es una experta que se ha dedicado a analizar el cerebro humano y su manera de desarrollar relaciones afectivas. En un artículo de 2002, Fisher señaló que existen tres sistemas cerebrales implicados en la elección de una pareja: lujuria, atracción romántica y apego.
De acuerdo con la especialista, cada rubro cuenta con un conjunto de comportamientos y motivaciones propias, ubicadas en diferentes partes del cerebro. La lujuria corresponde al proceso de reproducción, la atracción romántica a la selección de una pareja acorde a nuestras necesidades y el apego para fomentar la cooperación entre ambas partes.
La interacción y evolución de dichos sistemas desembocan en escenarios como el matrimonio, el divorcio y el adulterio. Lo que también propone Fisher es que esas tres categorías pueden convivir en una sola persona. Es decir, que es posible experimentar amor romántico hacia una persona, mientras se siente atracción sexual hacia alguien más.
La propuesta de que podemos sentirnos atraídos hacia más de un individuo a la vez no significa que engañar a alguien esté bien; sólo que es posible. Sí, pueden amarte y ponerte el cuerno.
Esta información nos invita a tener una mejor comunicación con nuestra pareja, para definir lo que consideramos una infidelidad y lo que no rebasa los límites. Así como reconocer que alguien más podría llegar a capturar nuestra atención y eso no nos convierte en criminales, y tampoco significa que no amemos a nuestra pareja.
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