¿Mi historia de amor? ¿Por dónde comienzo? Sencillo, por el comienzo…
Mi historia de amor: Di todo por él pero me desilusionó...

Tenía tan solo 18 años, solo hacía un par de meses había terminado mi enseñanza media y con ello me acompañaba mi total inexperiencia en relaciones amorosas. Jamás se me dieron las cosas relacionadas con el “amor”, lo que me hacía sentir un tanto frustrada de no haber podido experimentar todo aquello que contantemente nos muestran y nos hacen creer en películas, teleseries y demás, además de ser la única soltera, ya que mis amigas ya habían conocido el “amor”. Porque se nos enseña que solo existe un “amor”, ese que solo encontramos con un otro y que por esos años yo también creía que era así: pues ahora, ya no más.
Lo conocí una noche de marzo, mi hermana había planeado salir a bailar con una amiga, quien iba a invitar a su hermano y amigos, entonces me incluyó a mí también. Era una noche normal, no prometía grandes cosas o yo no lo vi venir, nos pusimos a bailar las mujeres y fue cuando él me saco a bailar: el hermano de la amiga de mi hermana, complicado, ¿no lo creen?
Jamás me hubiera imaginado que pasaría algo esa noche y mucho menos con él, en honor a la verdad, no recuerdo haber estado muy entusiasmada de salir con ellos, pero allí estaba, en medio de la pista de baile, con él y besándonos. Al comienzo pensé: "¿Por qué lo hice?". A lo mejor no debí hacerlo, pero a medida que pasaba la noche se volvía todo más relajado y divertido. Al día siguiente nos justamos todos de nuevo, pero con la diferencia que yo quería estar ahí más que cualquier cosa (pues era una oportunidad para mí y el amor). Fue todo muy agradable, creo haber disfrutado de aquel momento sin pensar en nada más, me sentía muy feliz y con ganas de más, quedamos en vernos la semana siguiente.
Fue así como comenzamos nuestra historia. Al mes de habernos conocido me pidió pololeo; recuerdo esa sensación de felicidad que me inundaba el alma, debo haber tenido la sonrisa más grande del planeta, y eso me hace pensar que la mayoría de las veces subestimamos las consecuencias de lo que la televisión y los medios nos enseñan implícitamente, porque en ese momento era lo mejor que podía pasarme, alguien que se fijara en mí y ser amada de esa forma.

La felicidad duró por 3 años, me sentí muy feliz a su lado, creo que jamás había dado tanto de mi como lo hice con él. De alguna u otra forma sentía que sacaba lo mejor de mí, siempre tenía una palabra hermosa para decirle, un detalle de esos inesperados, siempre respeté cada una de sus decisiones y pensamientos. A veces sacaba tiempo de donde no lo tenía para verlo, jamás tuvimos grandes discusiones, aunque sé que tuve errores. En resumen, lo di todo y más, puede que suene muy arrogante, pero siempre me esforcé por darlo todo y no dejar nada para después. Una de las cosas que admitiré y que siento que fue algo que aprendí después de un tiempo es que desperdicié mucho tiempo en enojarme, ponerme triste o bloquearme por el poco tiempo que teníamos en vez de aprovecharlo.
Luego de unos meses las cosas comenzaron a cambiar... Asuntos inconclusos de él comenzaron afectar nuestra relación, por mucho tiempo justifiqué su desinterés por mí, con que él estaba pasando por un momento difícil, lo quise comprender siempre y hasta el último día lo apoyé y le entregué mi amor. De alguna manera veía esperanza donde no la había y me volví ciega, no miré lo que estaba pasando y me negaba a creer lo que pasaba. Pero el elástico en algún punto se corta y ese momento había llegado; después de mucho intentar en vano, llegaba ese final de algo que ingenuamente pensaba que jamás se acabaría, comenzó diciendo que él ya no era el mismo, ¿es en serio?
Porque jamás me di cuenta de eso, si no me lo dice pasa desapercibido, pero en fin... Dijo que la situación en la que estaba no lo dejaba dar su cien por ciento, que yo fui muy importante, que después de esto no volvería a tener una pareja, que lo perdonara y un montón de estupideces más, que me da rabia de recordar, después de un mes volví a intentarlo y fue solo en ese momento cuando me dijo que yo no me amaba, que el amor se había ido.
Lloré, lloré con pena y desilusión, pena, porque cuando construyes una relación, te vuelves vulnerable, has colocado cada parte de ti en esto, que cuando se derrumba, esas partes se rompen en algún sentido y desilusión porque esa persona, por la que diste todo y más, no pudo darte lo más importante: honestidad.
Esta es la historia que Camila Manque, de Chile, nos compartió en iMujer. ¡Tú también puedes enviarnos la tuya! Porque toda mujer tiene alguna experiencia para contar y compartir con otras mujeres, este es tu lugar para expresarte: comparte tus experiencias con nosotras en iMujer.








