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La historia de Luis Suárez y su esposa te hará creer en el amor verdadero

Las grandes historias de amor parecen ser exclusivas de la ficción. Las personas que parecen hechas el uno para el otro y que cruzan mar y tierra para estar juntos se ven más en las novelas y en las películas que en la vida real, pero existen. Luis Suárez , el famoso jugador del Barcelona, tiene una relación digna de Shakespeare con su esposa, Sofía Balbi.

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Uno de sus festejos característicos después de hacer un gol es correr y besar tres de sus dedos, ¿sabes por qué? Es un pequeño gesto para honrar a sus dos hijos y a su esposa, la persona responsable de que el futbolista sea quien es hoy. Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y en este caso es cierto, no podrás creer lo que el amor hizo en la vida del uruguayo Suárez.

La historia de amor de Luis Suárez

Luis es uno de los mejores jugadores de fútbol actuales, pero no fue solo su ambición lo que lo llevó allí, fue el deseo de ver a la chica de la que se había enamorado a los 15 años. Él jugaba en las menores del Club Nacional de Fútbol, en Montevideo, Uruguay, pero estaba lejos de ser el astro que es hoy.

Vivía una situación muy complicada, sus padres estaban separados, tenía seis hermanos y la situación económica no era nada buena. En una entrevista para el programa Por la camiseta emitido por canal 10 de Uruguay, él confesó que:

«Era un niño muy inquieto. En la escuela no tenía buena conducta. En mi casa faltaba de todo. Nunca me faltó un plato de comida, pero no me avergüenzo de decir que con 11, 12 o 13 años me iba a cuidar autos con mi abuelo para llevar algo de plata a mi casa».

Salía por las noches y su desempeño en el fútbol no era bueno, pero todo eso cambió cuando conoció a una niña de 13 años, Sofía. En la entrevista él explicó la influencia positiva de su novia en su vida: «Sofía sabe lo que me ayudó y por el camino por el que me ha llevado. Me hizo ver que yo no era un burro, solo que no tenía ganas de hacer las cosas. Me animaba a hacer los deberes».

Sin embargo, no todo lo bueno dura para siempre y en 2003 la familia de Sofía se mudó a Barcelona para escapar de la crisis económica que azotaba al país.

«Por mi situación económica, me era imposible viajar a Barcelona para ver a mi mujer, Sofía. La noche antes de marchar lloramos los dos toda la noche. El día que ella se marchó yo tenía partido, pero solo podía estar en la cama llorando y mirando cuadernos que ella me había dejado. Mi hermano me levantó para que fuese a jugar».

En vez de resignarse y dejar ir a su amor de la adolescencia, Luis hizo algo impensado: le pidió dinero a su representante para viajar a España para pasar Navidad con ella. Así fue como, con 16 años, él aterrizó en el aeropuerto de Barcelona con nada más que amor y la ilusión de volver a ver a Sofía. No llevaba la dirección de su casa ni sabía a dónde ir y por eso lo detuvieron durante dos horas en la aduana, pero después lo dejaron ir y luego de pasar 15 días en Barcelona con la familia de su novia tomó una decisión que cambiaría el rumbo de su vida para siempre: jugaría al fútbol en Europa.

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Mejor Holanda que Montevideo

Quería que un equipo europeo lo notara y empezó a dar todo en el deporte. Así fue como, a los 17 años, debutó en la primera plantilla de su equipo y con 18 años recibió una oferta de un club holandés que nunca había escuchado nombrar, pero que le podía ayudar a acercarse a Sofía: Groningen.

No sabía qué era, pero sabía que Holanda estaba más cerca de Barcelona que Montevideo y aceptó la oferta. Antes de ir, visitó a su novia en Barcelona y cuando llegó el momento de emprender camino hacia su nuevo trabajo le propuso a Sofía, que tenía 16 años, que se fuera con él. Ella llamó a su padre para avisarle y se fue con lo que tenía puesto. Nunca más volvieron a separarse y hoy tienen dos hijos, Delfina y Benjamín.

Así comenzó la carrera de uno de los futbolistas más reconocidos del momento, no por una ambición desmesurada, sino por la fuerza del amor. Una buena relación no es aquella que solo nos hace felices, sino la que nos transforma y empuja a ser mejores personas. La historia de amor de Luis Suárez y Sofía Balbi es digna de una película y nos encantaría verla en la gran pantalla.

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