El amor es eso que sucede cuando la razón y el corazón no logran ponerse de acuerdo…
¿Estamos biológicamente hechos para estar en pareja?

Bueno, o al menos eso era lo que pensaba hasta hoy. ¿Será que el cerebro también tiene que ver, y mucho, con que nos enamoremos? ¿Será que ya venimos con el chip para amar y estar con alguien? Veamos si estamos biológicamente hechos para estar en pareja.
La bioquímica del amor
Sí, el cerebro tiene mucho que ver con el hecho de enamorarnos, así que ya puedes dejar de tirarle toda la culpa al corazón. Aunque el amor esté condicionado por factores sociales y culturas, al sentir amor, lo que experimentamos es una reacción biológica compleja en la que intervienen desde los neurotransmisores cerebrales, hasta los genes y las hormonas.

Ahora, según los expertos, el amor no responde a los parámetros cerebrales de las que llamamos emociones, sino más bien a las necesidades o motivaciones. Es decir, a nivel neurológico, el amor no es una emoción, sino una motivación o una necesidad. Entonces, necesitamos al amor y, ¿por eso nos ponemos en pareja?
La monogamia, ¿ya viene como algo innato?
Lamento decirlo, pero no. Es más, los neurólogos expertos en estudiar esta fuerza universal que es el amor, descubrieron que el ser humano más bien tiende, biológicamente, a ser un ser no monógamo. ¡Ahora entiendo tanto!
Parece ser que el buscar una sola pareja y estar con esta no es tema bilógico, sino más bien cultural. Si nos ponemos a pensar, en el mundo hay de todos tipos, colores y formas de amor, y se supone que los cerebros de todos actúan de forma similar, entonces, sí podemos coincidir con los expertos en que vivir en pareja es un tema más cultural que bilógico.

Es decir, nuestra biología nos encamina a amar, no vivimos sin amar, nuestro cerebro lo hace solo pero, biológicamente, podemos enamorarnos más de una vez. Por tanto, ¿ estamos biológicamente hechos para estar en pareja? Pues, diríamos que no, sino más bien que estamos biológicamente hechos para amar.
Sal al mundo a cubrir esta necesidad de tu cerebro y a ser feliz sin preocuparse por el “juntos para siempre” sino por el “te amo y te acompaño”. Comparte este artículo en las redes para que todas tus amigas sepan que si él se fue, su cerebro, y no su corazón, se puede volver a enamorar.








