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Así es como el amor romántico que vemos en las películas puede sabotear nuestras relaciones

El Romanticismo fue un período iniciado a fines del siglo XVIII en Europa caracterizado por la exaltación del amor gracias a poetas y escritores. Con el paso del tiempo, el considerado como sentimiento más poderoso del mundo también ha trascendido a otras vías de arte como el cine, siendo las películas el mejor ejemplo de cómo nos han vendido ciertos clichés que no son del todo ciertos. Estas siguientes formas mediante las que el amor romántico que vemos en las películas puede sabotear una relación lo confirman. 

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1. El amor debe terminar en boda

Cenicienta, también Blancanieves o Jasmine. El cine Disney especialmente se ha encargado de imprimir en las mentes de todos aquellos que una vez fuimos niños la idea de que todo romance debe terminar en boda, siendo este el principio de una vida llena de amor y pasión.

Sin embargo, lo que para el cine eran finales de cuentos de hadas para nosotros supone una nueva etapa en la que no siempre todo es de color rosa: compatibilizar caracteres, lidiar con la rutina o hacer malabares con el sueldo son algunos de los hechos que Disney omitió en su filmografía.

2. El amor y el sexo siempre van juntos

Aunque durante los últimos años el cine ha tratado de hacer un mayor hincapié en la realidad de toda relación de pareja, las películas siempre han transmitido esa vaga sensación de unir el amor y el sexo de por vida aun cuando sabemos que no siempre es así.

De hecho, estar enamorado de una persona con la que hace tiempo no mantienes relaciones sexuales puede deberse a muchos factores: la presencia de los hijos, estrés o simplemente una rutina para la que no se encuentra solución. 

3. El amor no entiende de dinero 

Vale, puede que nosotros no estemos con nadie con dinero objetivamente, pero en el mundo sí existen muchas personas que tienen muy en cuenta aspectos como el poder adquisitivo o la clase social.

En la India las personas deben casarse con miembros de su propia casta, los príncipes europeos continúan eligiendo en su gran mayoría mujeres de un cierto grado social y los contratos de separación de bienes antes de una boda figuran cada vez más en las mesas de los despachos de abogados. 

Imagen iStock

4. El amor significa tolerar los errores del otro

Nuestra pareja nunca será igual a nosotros, o no al menos idéntica. El problema llega cuando convivimos juntos y tú tienes la costumbre de dejar los calcetines en la lavadora pero tu pareja prefiere dejarlos tirados por los suelos. Según el romanticismo, no existen los errores del otro, y de hacerlo, estos se aceptan con una sonrisa.

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Pero lo cierto es que cada nos volvemos menos tolerantes y eso de aguantar errores cada vez más abultados se vuelve menos factible. Aceptarlos, bueno, tolerarlos siempre, no.

5. La gran pregunta: ¿El amor de tu vida?

En la película The Notebook dos viejos amantes volvían a reencontrarse y profesarse su amor durante años y años a pesar de estar casados, reviviendo la llama del primer día. En Eternal Sunshine of the Spotless Mind Jim Carrey quería borrarse a la mujer de su vida de su cabeza.

El cine nos ha vendido la percepción del "hombre o mujer de nuestra vida", sumándole cientos de trabas al hecho de poder alcanzar una plenitud total con esa persona. Y tú, que una vez viviste un tórrido romance con un camarero del hotel en el que veraneabas de vez en cuando te acuerdas de él, pero ya estás casada con un hombre que te hace estar 100% plena. ¿Existe el amor de tu vida? ¿O varios amores de tu vida?

El amor romántico que vemos en las películas puede sabotear nuestra relación por el hecho de vender sensaciones y actitudes sobrevaloradas, menos alcanzables en un mundo actual en el que cada vez somos menos tolerantes y la propia Disney se ha visto obligada a sustituir viejos cuentos de hadas por otros en los que las princesas ya no necesitan hombres para sentirse autorrealizadas.

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