La culpa es uno de los peores sentimientos que puede experimentar el ser humano y, por desgracia, este es más habitual de lo que nosotros mismos podemos controlar, especialmente en lo que atañe a temas amorosos.
5 motivos por los que sentimos culpa durante y después de una relación

Pensamientos que no podemos reprimir o tonterías que hacemos para respirar más tranquilos son algunas de las consecuencias de estos 5 motivos por los que sentimos culpab durante y después de una relación.

1. Esa familia política...
Conocer a los padres de nuestra pareja siempre es un paso importante en toda relación. Sin embargo, puede que el resultado no sea como esperábamos, bien porque aún necesitamos tiempo para tomar confianza o porque, simplemente, no existe ese ansiado "feeling" con nuestra suegra.
Llevarnos mal con nuestra familia política no sólo amarga algo más nuestra relación, sino que nos hace sentir culpables constantemente, buscando el modo apropiado de satisfacer a nuestra pareja. La solución suele llegar cuando, definitivamente, nos damos cuenta de que no pudimos hacer más.

2. La masturbación
Cuando nuestras relaciones sexuales no pasan por nuestro mejor momento en pareja, la masturbación suele ser el sustituto más directo a ese constante desierto. No podemos aguantar más, nos quedamos solos en la habitación, nos exploramos y, después, pensamos en la tristeza de la situación, en lo culpable que nos sentimos por acudir a la autosatisfacción sexual de un modo escurridizo y casi clandestino.
Si ya hablamos de infidelidad, la culpabilidad es (quizás de forma merecida) el sentimiento más recurrente.
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3. Un desempleado más
Las crisis económicas han golpeado fuerte el equilibro de ciertas parejas, llevando a uno de los integrantes (o en ocasiones a ambos) a subsistir con un subsidio por desempleo que caduca pronto, situación que nos lleva a depender directamente de nuestra pareja a nivel económico y emocional.
El empleo parece resistirse, no salen las cuentas, siguen habiendo pagos y ves a la persona que quieres tirando de la pareja sin posibilidad de rechistar. Sí, un infierno.

4. Aspiraciones diferentes
No darle a nuestra pareja aquello que necesita, aun sabiendo lo qué es, nos provoca culpa. Y tal vez te preguntes, ¿por qué no ceder al compromiso, a esa boda o a tener niños? Porque, simplemente, tú no lo deseas, pero tu compañero sí.
Es en estos momentos cuando se entremezclan tus propias motivaciones y esos deseos por parte de la otra persona, estableciéndose un conflicto de intereses en el que tú no cedes, te resistes a madurar o, quizás, a renunciar a ese modo de vida totalmente distinto. Un verdadero campo de minas en el que el amor sigue latente, pero la evolución brilla por su ausencia.

5. Amantes precoces
Como bien reza el título, la culpabilidad también acompaña a cualquier ruptura, en ocasiones, de forma más aguda que en una relación en sí misma. Los motivos por los que dejamos a nuestra pareja, el modo en qué lo hicimos o los primeros amantes que surgen en nuestra nueva vida de soltero se convierten en un infierno para nosotros, quienes luchamos por diferenciar entre lo correcto e incorrecto, el bien y el mal o venganza y necesidad. Si, además, esta culpa se entremezcla con el duelo, el proceso puede ser agónico.
Estos 5 motivos por los que sentimos culpabilidad durante y después de una relación se han convertido en ciertos tabúes en las relaciones. Males que a veces ocultamos y no nos atrevemos a reconocer, por miedo a equivocarnos o hacer daño a otra persona. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo comprendemos que todo debe suceder por una razón y que, a pesar de tener buenas intenciones, somos humanos... con todo lo que ello conlleva.
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