Por qué las mamás nunca salen en las fotos (y qué hacer para por fin acabar con este fenómeno)

El inicio de clases marca el fin del verano y el regreso de la paz en casa. La tranquilidad y el silencio pueden incluso despertar la nostalgia por esas incontables horas junto a los niños. Extrañando vocecitas y manos pegajosas miras las fotos del verano y te das cuenta que… ¡no sales en ninguna!

No eres la única. Miles de madres tienen esta epifanía al revisar sus fotos y es tan común que las comediantes de The Breakwomb crearon un gracioso video que se ha vuelto viral. En él, un grupo de madres conversa sobre su verano, viendo fotos de momentos memorables sólo para caer en cuenta de que no están en ninguno de ellos. Y no es porque se los hayan perdido.

Con un “¡mira, ahí se ve mi zapato!” o “ese…¿creo que es mi pelo?”, las comediantes no están haciendo alusión a sus pésimas cualidades de fotógrafas. En realidad, están haciendo referencia al que las madres se han auto designado el rol de custodias de la memoria familiar. Con el dedo sobre el botón, parecerían estar siempre listas para capturar todos esos momentos especiales. A veces, dependiendo enteramente de la extensión de sus brazos, consiguen salir en alguna foto con distintos niveles de éxito.

Posicionadas detrás del lente, las madres suelen ser las que captan esos preciados instantes. El estar siempre pendientes resulta en maravillosas fotos de momentos que no son realmente disfrutados en vivo. Esos momentos ya no regresan y se pasan volando.

El fenómeno de ‘madres anónimas’ no sólo se limita a aquellas que toman las fotos. También están las madres que escogen voluntariamente no salir en ellas. Tal vez no están teniendo un buen día. A otras madres, puede que la idea de quedar inmortalizadas para la eternidad con las arrugas más marcadas y esas testarudas últimas cinco libras por bajar, no las mata de emoción.

Entre risas el video toca puntos importantes. Hoy con cientos de cámaras a la mano, detrás de cada foto familiar hay mucho en qué pensar. Las probabilidades de que los momentos familiares sean compartidos son tan altas que es inevitable considerar qué es lo que dice la foto de mí y de mi familia.

El significativo rol de las redes sociales en la vida actual nos ha hecho mucho más conscientes sobre la imagen que proyectamos nosotros y los demás. Tanto así, que un estudio de la Universidad de Utah Valley determinó que las redes sociales (en este caso Facebook) afectan la percepción que se tiene sobre la vida de quienes nos rodean. El estudio concluye que, en gran medida, el ser un espectador constante de vidas ajenas crea la falsa ilusión de que todos tienen “mejores vidas y son mucho más felices” que uno.

El énfasis en las redes sociales ha hecho que el ‘staging’ de fotos para mostrar los momentos más perfectos de la maternidad esté de moda. Puede que las imágenes sean maravillosas pero distan de la realidad. Por cada foto perfecta, hay miles de dulces momentos post ‘desastre’ que no son compartidos por que evidencian el caos que acompaña la vida en familia.

El video de The Breakwomb le inyecta mucho humor a este fenómeno sobre el cual hay que meditar. Después de todo, lo que se busca captar en esas fotografías son los momentos que se comparten en familia, perfectos o no.

Las fotografías congelan momentos en el tiempo, están ahí para apoyar a la memoria cuando esta se va borrando. No captan todas las horas de planificación y organización implicadas en 'ser mamá'. No pueden visibilizar las veces que buscaste las mejores actividades para ese fin de semana. Ni pueden hacer la búsqueda de recetas para almuerzos deliciosos del que todos puedan disfrutar más palpable. No pueden comunicar todo el amor involucrado en la búsqueda del uniforme, libro o camiseta perfecta. Cuando gran parte del trabajo de una madre es invisible, se debería aprovechar a visibilizar ls aspectos que se puedan en cuanta fotografía se pueda, mientras sea posible.

Al no salir en álbumes por fotógrafas o porque se hace un esfuerzo consciente por no hacerlo, estas madres están voluntariamente excluyéndose de esas memorias. No vale la pena. No más fotógrafas anónimas,que alguien más ponga su dedo sobre el 'clic'. Los momentos familiares son únicos y merecen ser congelados en el tiempo tal como sucedieron. Perfectos o no, con todos sus integrantes presentes.