Por Angélica Gallón
La revolución del traje de baño enterizo
Una prenda del pasado parece colonizar los equipajes de las vacaciones: el traje de baño de una sola pieza.

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Este año, con todo el despertar por parte de la publicidad y de la moda de la búsqueda de cuerpos más reales y de ideales de belleza más diversos, con lemas como ‘Skinny is not sexy, Healthy is’ (Delgado no es sexy, saludable si lo es); con tendencias que determinaron todo el 2015, como la que WGSN bautizó Past Modern, en la que el pasado se volvió más que nunca relevante, con el aumento de la venta de moda en el segmento de tallas grandes y con las influencias de los años setenta que trajeron un retorno a lo natural se dio el ambiente propicio para que reviviera con contundencia en la moda de la playa un clásico: el traje de baño enterizo.

Este clásico, que nos devuelve al pasado de los bañadores femeninos, se vio profundamente amenazado cuando, en los años 60, con toda la revolución sexual y las insolencias de Brigitte Bardot, el mundo vio ‘Y dios creó a la mujer’ y se doblegó ante el bikini. El enterizo regresó entonces solo hasta los años 80 de la mano del movimiento fitness -que reivindicó valores como funcionalidad, versatilidad y salud- y del estilo que impuso la protagonista de la película `Flashdance’. Luego, en los noventas, íconos como Pamela Anderson en Bay Watch hicieron que esa minúscula pieza que forraba todo el dorso y hacía un énfasis especial en la redondez de las caderas y, que dejaba los glúteos al descubierto, se convirtiera en una verdadera tendencia masiva.

Pero que este año hayamos visto, como nunca antes, que las marcas reivindicaron esos aires vintages, elegantes y clásicos de otras décadas en la moda playera obedece, sin duda, a esa necesidad generalizada entre las mujeres de encontrar piezas que celebren y potencien su cuerpo, así no sea perfecto o no se parezca al de las modelos de revistas. “Es evidente que cada vez se afianza más una nueva estética en donde se hace una inclusión a nuevos patrones de belleza, de hecho lo podemos ver, por ejemplo, en esa valoración inesperada que hubo este año de la belleza adulta en donde las canas y el tono de pelo gris se volvió un mandato en las calles de las grandes ciudades”, explica la directora de cuenta de WGSN para Latinoamérica, Catalina Marín. Esas mismas razones pueden estar alentando a muchos creadores de beachwear a apostar por bañadores que queden bien en la mayoría de cuerpos posibles.

Ese, al menos, ha sido el lema detrás de la marca Banana Girl, creada por Li Saumeth, la explosiva cantante de la banda Bomba Estéreo, que recientemente cantó con Will Smith en los Latin Grammy. Li, quien ha creado un estilo particular que parte de mezclar elementos que provienen de lo tropical, lo latino, lo local y el mar, siempre había sentido una pulsión especial por el diseño. Por eso, cuando volvió a vivir a su ciudad natal, Santa Martha, decidió que quería embarcarse, paralelamente a su carrera como cantante, en la creación y diseños de trajes de baño para mujeres reales. “Son diseños de trajes de baño enterizo, o de cacheteros que suben hasta la cintura inspirados en modelos vintage de otras décadas cuando las chicas no eran tan delgadas. Tienen estampados llenos de piñas, cerezas, de colores tropicales para esas mujeres bellas que tienen celulitis, que son redonditas, que tienen la talla de la cadera diferente a la del dorso, que no se sienten tan cómodas con esos mini bikinis. Para mi es muy importante promover un mensaje que haga que cada vez más mujeres se sientan cómodas y felices en su cuerpo y Banana Girl justamente busca vestir esos cuerpos”, sentencia la cantante.

Otra marca latina que, desde un registro más sofisticado y lujoso, ha empezado a explorar con mucho éxito este bañador de una sola pieza es Sara Cohen, la diseñadora detrás de la marca de Lingerie y beachwear, Suki Cohen quien ha creado toda una revolución en torno a trajes de baño que parecen más bien excelsos enterizos para irse una noche de fiesta en Ibiza o Saint Tropez. Lo que ha descubierto esta diseñadora es que atrás ha quedado la idea de que estos bañadores eran solo para las tías y las señoras y más bien se ha atrevido a jugar con los escotes, las espaldas, los cortes geométricos, elementos todos que regalan una elegancia insospechada a la playa. Todos sus diseños, por supuesto, elogiando las virtudes que tiene el negro en el momento de estilizar la figura.
Así que, ya sea porque quieras buscar un aliado que favorezca tu cuerpo y potencie tu belleza, o, porque simplemente quieras crear un statement en la playa usando una pieza excelsa de diseño que parezca desafiar cualquier regla del bronceo, es hora de salir corriendo y comprar ese traje de baño que a todo cuerpo le viene bien.
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