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Factores que influyen en la depresión post parto

En otras oportunidades hemos tratado el tema de la depresión post parto, los miedos, incertidumbres e inseguridades mezclados con alegría pueden llegar a desencadenar un cóctel de emociones que muchas veces puede ser perjudicial para la mamá y el bebé.

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Generalmente para que se produzca la depresión es necesaria la combinación de diversos factores, no sólo la personalidad de la mamá, sino también el grado de apoyo con el que cuente, la relación que tenga con su pareja, lo bueno o malo que hayan sido el embarazo y el parto, la necesidad de volver al trabajo en poco tiempo e incluso el sobrepeso ganado durante la gestación.

También es importante destacar que las horas de descanso de la madre juegan un rol muy importante. El sueño  es un elemento que interactúa y modera el resto de factores de riesgo asociados a la depresión post parto y puede ser el desencadenante en mujeres que ya sufrían alteraciones.

Otro de los factores que puede influir es el peso, recuperar la figura que se tenía antes del embarazo puede costar, y por lo tanto es un motivo por el cual la madre se puede sentir mal. La lactancia materna es fundamental para perder esos kilitos de más, además contribuye a reforzar el sistema inmune del bebé. Comiendo sano y prestando atención a la cantidad de calorías y nutrientes ingeridos es posible bajar de peso en forma paulatina y saludable.

Las mujeres que duermen cinco o menos horas por día durante los seis meses posteriores al parto tienen tres veces más probabilidades de mantener los kilos de más que aquellas que descansan una mayor cantidad de tiempo.

El secreto para vencer este problema por lo tanto está en la combinación de un plan alimentario saludable, descanso y la paulatina re incorporación a la actividad física.

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Los síntomas de la depresión post parto son:
- Pérdida de interés
- Pérdida del apetito
- Disminución de la energía y de la motivación para realizar cualquier actividad
- Dificultad para dormir o mantener el sueño
- Dormir más de lo acostumbrado
- Llorar constantemente o estar triste
- Sentir culpa
- Estar nerviosa, irritable o angustiada
- Subir y bajar de peso sin ninguna explicación
- Sentir que la vida no tiene sentido
- Preocupación ante la posibilidad de dañar al bebé

Es totalmente tratable, solo es necesario identificarla, apoyar a la mamá en el seno familia, y si es necesario se puede acudir a profesionales.