Lifestyle

Enseñar a los niños a ser amables

"Buen día", "gracias", "por favor", sonreir, ceder el lugar, pedir permiso, etc, son esas pequeñas palabras y gestos, que alegran el día de quien las recibe y ennoblece a quien las da. Tan sólo se trata de tratarnos con más amabilidad entre todos, tan sólo se trata de tratar a los demás de la misma manera que deseamos que nos traten a nosotros. A nadie le gusta que lo empujen cuando está subiendo al autobus, o que le pidan las cosas de mala manera..

PUBLICIDAD

Para que la semilla de la amabilidad germine es necesario sembrarla a tiempo, por eso, hoy Entre Padres, te propone algunas ideas para que enseñar a los niños a ser más amables.

Gestos bondadosos en la calle

  • Cuando ingresas a un comercio, banco o negocio, y una persona también quiere ingresar, cédele el paso o sostenle la puerta.
  • Cede tu lugar a alguien en la fila, y no te impacientes si demoran demasiado en la atención.
  • Cuando termines de usar el carrito del supermercado devuélvelo a su lugar. Esto aliviará la tarea de los trabajadores del supermercado y al mismo tiempo, evitarás que otros conductores tengan que esquivar los carritos en el estacionamiento.
  • Recoge la basura. En mi caso, por ejemplo, comparto un cesto grande con otros vecinos. De vez en cuando, los perros callejeros trepan a él, rompen las bolsas y desparraman la basura. Con mis vecinos nos turnamos para recogerla y asear el lugar. Esto facilita el trabajo de los recolectores de basura, al mismo tiempo que contribuye al medio ambiente y embellece el entorno.
  • Planta un árbol. Los árboles son importantes para el mundo en el que vivimos, porque ayudan a controlar el clima, filtran el aire y embellecen el entorno.

Gestos bondadosos para los desconocidos

Deja un libro de autoayuda o de inspiración en un banco de la plaza o en el asiento del tren, incluso con una nota para la persona que lo encuentre. El destino hará el resto.

PUBLICIDAD

Cuando conoces a alguien, trata de recordar su nombre y algún dato personal. Por ejemplo, mi marido y yo somos dueños de un comercio, lo que en Buenos Aires, se conoce como drugstore, una tienda de venta de golosinas, galletitas y cigarrillos, entre otras cosas. Me esmero en recordar lo que cada cliente compra habitualmente, porque considero que eso los hace sentir distintos, trato de que sientan, que más allá de la compra, que hayan elegido ese lugar para efectuarla debe ser reconocido.

Realiza un comentario positivo en alguna nota que hayas leído en algún blog o página web y que sientas que te ha aportado algo diferente. En mi caso, disfruto escribiendo y compartiendo aquellas cosas que siento que pueden aportar un granito de arena en la vida de alguien y me siento halagada cuando alguien dispone de unos minutos de su tiempo para comentar mis notas.

Espero que cuando termines de leer esta nota te pase lo mismo que me pasó a mí mientras la escribía. Sentí que con pequeñas cosas, la realidad que muchas veces está llena de momentos de tensión y de malhumor, puede ser modificada. Sólo se trata de mirar al mundo con más optimismo, de ser más espontáneos y de saber que nuestro accionar puede marcar la diferencia.

Contagiemos a nuestros hijos y a nuestros seres queridos con el virus de la amabilidad; irradiemos buenas ondas mientras transitamos por la vida. Recuerda, como decía Winston Churchill: "Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, un optimista ve la oportunidad en cada dificultad".

¿Alguna vez alguien te sorprendió con un gesto amable inesperado? ¿Qué sentiste?