Utilizar la “silla de pensar” o el “time out" o "tiempo fuera” con los niños, es una solución que padres y educadores hemos utilizado después que nuestro hijo tiene un mal comportamiento.
Alternativas para no usar el "time out" con los niños

La “silla de pensar” consiste en dejar a un niño solo (aunque siempre vigilado) para que reflexione solo y sin ayuda sobre lo que ha hecho. El tiempo que se debe utilizar dependerá de la edad del menor, siendo dos minutos si tiene dos años, tres minutos si tiene tres y así sucesivamente.
Pero seamos sinceros, ¿realmente piensas que un niño de dos o tres años podrá reflexionar y recapacitar sobre algo que ha hecho “mal” sin la guía, ayuda y apoyo de sus padres? La respuesta es fácil. Los niños necesitan calmarse y lo necesitan hacer con el cariño de sus padres, no solos en una habitación con sensación de soledad o abandono.
Cuando tú estás triste, enojada o simplemente necesitas que te orienten en una situación, ¿verdad que necesitas el apoyo, el consuelo y el cariño de las personas que te quieren? ¡Pues a tu hijo le pasa exactamente igual!
Por este motivo, quiero darte algunas alternativas del "time out" para los padres (y no para los niños), porque son los padres quienes deben cambiar la perspectiva en cuanto a la reflexión que necesitan hacer los niños y en cómo deben hacerla.

Tiempo fuera, ¡juntos!
El “tiempo fuera” no tiene que ser para tu hijo únicamente, es para los dos. Los dos deben reflexionar y deben hacerlo juntos. No dejes a tu hijo solo en esto, tú eres su guía, su apoyo y su todo.
Respiren juntos y busquen la soluciones al conflicto de forma conjunta. Sin gritos, sin malestares y sin malos modos. Si tienen que haber consecuencias negativas por un mal comportamiento, búsquenlas juntos. Hazle preguntas que puedan ayudarle a distinguir las emociones que siente en cada momento.
Usa marionetas para explicar
Si tu hijo es muy pequeño puedes usar marionetas para que pueda entender la situación y así puedan reflexionar juntos sobre lo ocurrido. No intentes que un niño de 4 años pueda recapacitar sobre una acción del mismo modo que lo puede hacer un niño de 8 o 9 años.
Dibujar
Pueden hablar y dibujar sobre el problema hasta que estén los dos calmados y puedan encontrar una solución a lo que ha ocurrido.
¿Crees que estas alternativas son mejores que dejar a un niño solo en un rincón para que piense o quizá eres de las personas que piensan que la “silla de pensar” es más pedagógica? ¡Danos tu opinión!
Ver también: La importancia del castigo en los niños







