Esta es la historia de cómo un refugio de animales con necesidades especiales creó una estrategia para salvarle la vida a una cachorrita abusada.
Para salvar a una cachorra de un dueño abusivo, este refugio fingió su muerte
Por:Univision
Lucy y su dueño abusivo
Actualmente, Lucy es una perrita juguetona que ama los paseos y come ávidamente. Sin embargo, detrás de sus ojitos castaños se esconde una historia complicada que incluye una falsa muerte y un viaje de miles de kilómetros.
Todo comenzó cuando los trabajadores de un refugio se enteraron de la existencia de una cachorrita de pit bull en severo estado de desnutrición y cuyo cuerpo era tan agredido por su dueño que su piel estaba cubierta en infecciones y tenía la mandíbula rota. Aunque el refugio tenía toda la intención de rescatarla, esto no les era posible, ya que el dueño de la perrita era también el dueño del terreno en el que el refugio se encontraba. Si el hombre se enojaba, podía desalojar el refugio y eso sería terrible para los demás animales.
La ingeniosa mentira
El refugio le ofreció al hombre quedarse con la perrita, pero él se negó. ¿Qué les quedaba hacer entonces? Organizar el traslado de la perra a un refugio lejano (donde el dueño no la encontraría) e inventar una artimaña.
Así, el refugio le dijo al abusivo y violento dueño que la perra había fallecido. Como era de esperar, el hombre no le dió ninguna importancia a la noticia y no pidió más información. De esta manera, el refugio usó la violencia del hombre (que también se traduce por indiferencia), en favor del animal quejado por dicha violencia.
La nueva vida
Cuando Lucy llegó a su nuevo refugio, estaba en un estado lamentable. Su piel estaba muy lastimada y su mandíbula infectada. Además, no se animaba a jugar con otros perros ni socializar. Lucy estaba tan mal que toda su comida debía ser licuada para que ella pudiera tragarla. La valiente Lucy debió recibir cirugía reconstructiva y meses de antibióticos para poder recuperarse.
Actualmente, es una perra cuyo único problema es que no deja de mover la cola nunca.
¿Qué te parece esta triste pero valiente historia?