Two and a Half Men: El detector de pensamientos [Crítica 11x12]

Baseball. Boobs. Boobs. Baseball es un episodio medianamente agraciado, con pequeños chispazos de lucidez, pero poco trabajo creativo. No es suficiente, Two and a Half Men ha vuelto al círculo vicioso de lo impredecible, y no levanta cabeza por segunda semana consecutiva.

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Un detector de pensamientos es lo que necesitan los guionistas de Two and a Half Men para escuchar la opinión de sus fans, que cada vez nos sentimos desencantados por las extrañas deformaciones que se experimentan arbitrariamente.

Hey Ashton: No vomites en mi serie favorita

Charlie Sheen tenía razón cuando dijo por Twitter que Ashton “es realmente inepto”. El ex protagonista de Two and a Half Men golpeó duro la semana pasada cuando tuiteó: “Hey Ashton, lo siento hermano, todo bien. Ahora, deja de vomitarte en mi viejo y brillante programa…”, sentenció.

Imagen CBS

Y básicamente, el pedido de Sheen es el mismo que hacemos todos: Por favor Ashton, haz las cosas bien, tu nuevo romance con Nicole ( Odette Annable) es uno de los tantos intentos desesperados de Chuck Lorre por agradar al público fiel, que todavía se engancha cada semana por respeto a su pasado. ¡Hey Chuck!, te tengo noticias, hace mucho que perdiste tu toque maestro.

Lo sé, tres años con Kutcher debería ser más que suficiente para acostumbrarse, pero no es así, a veces se puede perder la paciencia, sobre todo cuando tenemos un personaje que se refugia únicamente en su potencial físico. Sí, los halagos por el enorme miembro de Walden se convirtieron en cliché.

Pero si habría que hacer una excepción, la intervención de Barry ( Clark Duke), el nerd que acompaña a Walden y Nicole en el proyecto del billón de dólares, es lo mejorcito que hemos visto en estos dos últimos episodios.

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El llanero solitario

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Alan ( Jon Cryer) es el eterno llanero solitario. El más tramposo y aprovechado de los Harper tuvo una cita doble con Larry ( D.B. Sweeney) y Lindsey ( Courtney Thorne-Smith), una nueva oportunidad para explotar el lado más cínico de Alan. Ayer fue una garrapata entre las piernas, hoy una fiesta en bikini, y mañana quién sabe qué ocurrirá.

Por otro lado, nadie mejor que Berta ( Conchata Ferrell) para quitarnos el mal sabor que nos dejó este episodio. El ama de llaves de la casa de Malibú no ha perdido su carácter y estilo vehemente. ¡Hurra por Berta!

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Puntaje: 7/10. De no ser por sus pequeños chispazos, Two and a Half Men estaría en serios problemas. Si Chuck Lorre pudiera leer la mente se daría cuenta que la sigue embarrando.

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