A medida que el género de superhéroes se va consolidando como la joya más preciada de los blockbusters hollywoodenses, creciendo en cantidad de público y de películas, e intentando renovarse con mayor o menor acierto —con la ironía autoconsciente de Deadpool, el misticismo de Doctor Strange o los protagonistas villanos de Suicide Squad, por ejemplo—, crecen también las voces disidentes o detractoras.
Ridley Scott realmente odia el cine de superhéroes

Los superhéroes son omnipresentes e ineludibles, y no todos están conformes con eso, especialmente directores de renombre que vivieron aquellos viejos buenos tiempos en que los grandes blockbusters de Hollywood tenían más variedad y probablemente originalidad.
Mel Gibson ha sido uno de los que ha cuestionado el género, especialmente su mayor franquicia, las películas de Marvel.
Ahora a esta tendencia se suma Ridley Scott, el director de los blockbusters clásicos Alien y Blade Runner.
Al igual que Mel Gibson, Scott dijo en una entrevista con Digital Spy que ha rechazado varias ofertas de dirigir películas de superhéroes, pero las ha rechazado porque “no son lo suyo”.

Ridley Scott con Michael Fassbender y Javier Bardem en el set de The Counselor (2013)
Pero este sencillo argumento inicial se hizo más severo después, cuando profundizó sobre las razones de su rechazo:
“No puedo creer esa fina y transparente cuerda floja sobre la que se construye la realidad de los superhéroes. Yo he hecho algunas películas así de irreales: Blade Runner es en realidad casi como una tira cómica, si uno lo piensa, una historia oscura situada en un mundo irreal. Batman o a Superman encajarían perfecto en ese mundo, en esa atmósfera, salvo que ahí hay un maldito buen argumento, no como en el cine de superhéroes que no tiene historia en absoluto”
El problema de Ridley Scott, que el año pasado dirigió la aclamada The Martian, no es sólo con las películas de Marvel o DC sino con el estado del cine comercial de Hollywood en general, del que dijo que es “en su mayoría bastante malo” y que está preocupado por su futuro:
“Quiero seguir haciendo cine pero espero que esto no nos afecte a aquellos que todavía seguimos haciendo buenas películas. Espero que no me afecte”
Se podría decir que Ridley Scott tiene buenas razones para justificar esta suerte de arrogancia que se filtra en sus dichos, siendo un director con una vasta influencia y una larga trayectoria, y con varios clásicos en su haber, no sólo aclamados por la crítica sino también muy populares.
Y aunque sobre la falta de originalidad y la sensación de monotonía del cine más mainstream de Hollywood no le falta razón, también hay que recordar que Ridley Scott tiene 79 años y tal vez no esté del todo predispuesto a cuestionar su percepción sobre la industria que conoce desde hace más de cuatro décadas, o a aceptar sus inevitables cambios.
Por el momento, sigue trabajando en el regreso de sus dos grandes clásicos de ciencia ficción, con las secuelas Blade Runner 2049 (solo como productor) y Alien: Covenant.









