9 momentos clásicos de Deadwood que siempre te impactarán

Pese a su abrupto final debido a las bajas audiencias, Deadwood es una de las series más épicas y brillantes de la historia de la televisión, aunando las grandes virtudes de los mejores westerns clásicos, las truculencias políticas de una civilización en construcción y duelos memorables entre personajes de altura, dando como resultado un drama shakesperiano y teatral que ha quedado en las retinas de todos los amantes de la cinematografía de calidad.

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A continuación, rememoraremos algunas de las  escenas más recordadas de Deadwood:

#9 Funeral de William Bullock

La muerte accidentada de un niño inocente sirve para unir en hermandad a un grupo de ladrones, borrachos y depravados conmocionados por la tragedia. Se puede vislumbrar el sentimiento de comunidad y la civilización legalizada en que estaba deviniendo el poblado. El contraste con la violencia habitual de la serie dota a esta escena de una mayor trascendencia y sentimentalidad.

#8 Alma completa su camino

Pocas series pueden despertar tanta tensión en un simple recorrido de un punto A hasta un punto B. Milch ha conseguido crear un universo propio en el que el espectador asume que los peligros pueden asolar desde cualquier rincón, por lo que el camino que recorre Alma hasta su hogar tras ser atacada por el grupo de Hearst se convierte en el más largo que hemos presenciado jamás.

#7 Asesino de prostitutas

Wolcott mata a sangre fría a varias prostitutas, saciando un trauma profundo y sacando a relucir los demonios interiores de uno de los personajes más complejos y controvertidos de la serie.

#6 Tortura de Cy

En una de las escenas más inquietantes y difíciles de ver de la serie, Cy Tolliver tortura de forma salvaje a una pareja de jóvenes que quiso robarle y obliga a Joanie a matar a uno de ellos con sus propias manos. Un momento que refleja la dureza de una serie que sobrepasó constantemente los límites auto impuestos en televisión, mostrando la faceta más animal y oscura del ser humano.

#5 Asesinato de Hickok

En el cuarto episodio, Deadwood alcanza un clímax digno de final de temporada con el asesinato de Wild Bill Hickok, uno de los personajes más carismáticos y emblemáticos durante el inicio de la serie. David Milch no tuvo reparos en seguir la historia verídica y acabar con el personaje cuando ni siquiera se había llegado al ecuador de la primera temporada.

#4 Muerte de Ellsworth

El asesinato de Ellsworth de mano de uno de los secuaces de Hearst fue una de las muertes que más afectó al poblado, ya que se trataba de un hombre noble y con una moral inquebrantable. La fabulosa dirección de la escena, filmando las reacciones de los diferentes personajes desde la perspectiva del cuerpo muerto de Ellsworth, magnifica el impacto de su muerte, además de que la repentina reacciónde Trixie resulta una escalada de tensión asfixiante.

#3 Pelea entre Bullock y Al

Los dos protagonistas de la serie se pelean en el inicio de la segunda temporada por motivos personales; un duelo que llevábamos esperando desde la primera vez que se conocieron. La rivalidad construida con el paso de los episodios y las brillantes interpretaciones del dúo de actores nos deja una de las escenas más emblemáticas, que concluye de forma hilarante con el "Welcome to fucking Deadwood" de Al.

#2 Muerte del reverendo Smith

Al Swearengen acaba con el sufrimiento del sacerdote Smith, cuyo tumor le estaba torturando. Su gentileza y cariño al ahogarlo contrasta con el habitual perfil violento y agresivo de Al, siendo ésta la primera vez en la serie que vemos su faceta más humana. La superposición con el monólogo del doctor Cuc, frustrado por tener que delegar la muerte del reverendo y ser incapaz de salvarlo, nos deja una de las escenas más emotivas de la serie.

#1 Dan contra El Capitán

Posiblemente sea la pelea más cruda, descarnada, auténtica y salvaje que se haya visto nunca en la pequeña pantalla. Los lugartenientes de Al Swearengen y Hearst llevan a cabo un combate a vida o muerte en el fango, sin armas ni más utensilios que sus propias manos, jugando sucio y sacando cualquier recurso para dañar a su contrincante.