Lo que sucede después de la muerte, lo paranormal, aquello que en apariencia no podemos explicar siempre ha picado la curiosidad del ser humano. Para comunicarse con un ser querido que pasó a mejor vida, para tontear con los amigos de la secundaria o para hablar con una escalofriante niña fantasma japonesa, uno de los objetos más populares son las tablas ouija.
¿Crees en la ouija? Esta es la explicación científica de cómo funcionan

Este tablero contiene el alfabeto, los números del 0 al 9 y las palabras "sí", "no" y "adiós". Es un medio físico que le permite a las fuerzas sobrenaturales responder las preguntas realizadas por los creyentes.

El interés por conversar con los fallecidos tiene siglos de antigüedad, pero la ouija como tal se inventó en el siglo XIX en Estados Unidos, de acuerdo con el historiador Robert Murch a través del Smithsonian.
Contactar a los muertos se puso de moda gracias a las hermanas Fox en 1848, quienes aseguraban recibir mensajes del más allá. La esperanza de vida en ese entonces era menor a los 50 años, y los estragos de la guerra ocasionaron que las personas encontraran en la ouija una distracción y un consuelo.
National Geographic quiso descubrir qué ocasionaba que el puntero del tablero se moviera "por su cuenta". Así que llevó a cabo un experimento para ver qué sucedía si los participantes en una sesión espiritista manipulaban la ouija con los ojos vendados. Cuando las personas veían, las respuestas del tablero fueron verdaderas y precisas. Pero cuando no veían, el puntero señaló espacios vacíos y partes aleatorias sin sentido.
La explicación se encuentra en el fenómeno ideomotor. Este efecto se define por los movimientos involuntarios que realizan las personas, incluso sin darse cuenta. No es como cuando te pegas en la rodilla y estiras la pierna. En el fenómeno ideomotor tu cerebro de plano no reconoce que lo que acaba de suceder fue consecuencia de un acto tuyo.
En el caso de la ouija, aunque el individuo en verdad no perciba que está moviendo el puntero por su cuenta, la realidad es que sus creencias lo predisponen a esperar una respuesta. Esto incita el movimiento inconsciente de la mano.

Si no fuera así, ¿por qué las respuestas perdieron todo sentido cuando los participantes cerraron los ojos? El combustible del efecto ideomotor son las expectativas, sugestiones y pre-concepciones, y el resultado son los actos que reaccionan ante el miedo o los reflejos. Estas respuestas son una manifestación del inconsciente, como diría Freud.
La ouija ha conseguido tanta popularidad en años recientes que incluso Hasbro vende una como juego de mesa. Sólo para mayores de 8 años. Guat!?
¿Tú creías que los espíritus movían el puntero de la ouija o ya conocías esta explicación científica?
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