El ADN no está presente como ingrediente primario en las vacunas de ARNm contra el covid-19, que han salvado millones de vidas, sino solamente en pequeñas cantidades residuales, y no hay pruebas de que pueda integrarse en el ADN de las personas vacunadas.

Los padres de un niño de cuatro meses que lucha por su vida se niegan a que reciba una transfusión de sangre de personas que han sido inmunizadas con vacunas de ARNm, porque afirman que dejan rastros en la sangre. No es así. Te lo contamos.

Durante décadas todos los esfuerzos por diseñar una vacuna universal contra la influenza han fracasado. Experimentos en animales de una de tipo ARN mensajero arrojan esperanza de que la humanidad está más cerca de alcanzarla.

Las vacunas de Pfizer y Moderna contra el covid-19 fueron apenas el primer fruto de una tecnología que venía investigándose desde hace décadas y que alberga la promesa de revolucionar el campo de la medicina.

El Departamento de Salud de Florida anunció que no aconseja las vacunas contra el covid-19 de Pfizer y Moderna a varones entre 18 y 39 años debido a la incidencia de muertes relacionadas con problemas del corazón, pero se basa en un análisis preliminar que, según expertos, no se realizó adecuadamente.

Si bien el estudio publicado en JAMA Pediatrics encontró rastros de ARNm de las vacunas contra el covid-19 de Pfizer y Moderna en muestras de leche materna, la cantidad hallada fue extremadamente pequeña. Contrariamente a lo dicho en internet, no hay evidencias de que la lactancia materna no sea segura para los bebés, más bien puede brindarles protección.