La pequeña Tinslee Lewis nunca ha salido del hospital que la vio nacer en febrero pasado y quizá nunca lo hará. La pequeña nació con una rara malformación en el corazón por lo que fue conectada a un respirador, pero en octubre un comité de ética del centro médico determinó que el soporte vital debe ser retirado porque no mejorará, y ahí comenzó la lucha con la familia.

El menor de 7 años ingirió unos audífonos inalámbricos, pero en vez de aplicar algún procedimiento médico, los doctores en Georgia prefirieron que los expulse por vía natural con el paso de los días. Mientras la única preocupación es mantener el teléfono alejado para evitar que los auriculares puedan conectarse.

Cumpliendo con la tradición del centro médico, las enfermeras bordaron a mano los sombreritos, y les pusieron a los bebés además unas camisitas en las que se lee “Adorable yo soy, feliz debo ser”, letras que van de acuerdo a la particular forma de hablar del personaje de ‘Star Wars’.

Los padres de Sebastián recibieron la devastadora noticia cuando su hijo tenía solo 6 años, pero la alegría y el optimismo de este pequeño luchador le han permitido superar esta dura prueba.

En 2014, la madre de Sebastián recibió una noticia devastadora: su pequeño de 6 años sufría de meduloblastoma, el tumor cerebral maligno más común en la infancia. Sin embargo, todo cambió cuando llegaron a St. Jude Children's Research Hospital para empezar su tratamiento.

A los pocos meses de vida, los médicos le dijeron a la madre de Miguelito que su hijo sufría de retinoblastoma bilateral. Liliana asegura que, con el diagnóstico de su pequeño, su mundo "se vino abajo" hasta que llegaron al St. Jude Children's Research Hospital, donde comenzó su tratamiento.