Guillermo del Toro acaba de finalizar su película The Shape of Water, la que él mismo definió como un intento de volver a trabajar en un proyecto más personal y con mayor libertad creativa (es decir menor presupuesto), en medio de los otros proyectos más ambiciosos con afán de blockbusters, como Crimson Peak y la secuela de Pacific Rim (que solamente produce, cediendo a Stephen S. DeKnight la tarea de director).

The Birds se estrenó en 1963, ya sobre el final de la prolífica carrera de Alfred Hitchcock, pero lo que es más importante, fue la película que le siguió a Psicosis.

Los 80 se han convertido en el principal fetiche nostálgico cultural de nuestros tiempos, y el intento de Hollywood por capitalizar este fenómeno se ha manifestado de diversas maneras.

La producción de blockbusters de Hollywood se ha convertido en parte en un juego de azar que consiste en ver cuál es la próxima película clásica de las décadas de los 70, 80 o 90 que tendrá su remake (antes eran remakes de películas extranjeras, ahora Hollywood ha decidido volver a mirar a su pasado).

El crédito es todo de Deadpool.

Hace más de una década que Sylvester Stallone, nada menos, anunció su intención de protagonizar y dirigir él mismo una nueva versión de Death Wish, la legendaria saga de acción de los 70 y 80 que dio fama mundial a Charles Bronson y que por estas latitudes se conoció con el título mucho más memorable de Vengador Anónimo.