5 contras de que Hollywood se haya vuelto adicto a las franquicias

Marvel tiene su Universo Cinemátográfico.  Star Wars se acaba de dar un lavado de rostro con una secuela en trilogía, más una historia alterna. The Fast and the Furious estrenará nueva entrega a pesar de la muerte de Paul Walker.  Transformers sigue dando patadas de ahogado. J. K. Rowling impresionó a todos con una precuela de Harry Potter (con un montón de horrocruxes);  X-Men sigue al firme y su hijo más digno, Logan, acaba de cerrar su historia. Mientras tanto, DC planea dar la pelea con Batman, The Flash, Aquaman, Wonder Woman y la Liga de la Justicia

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Podría seguir esta introducción por largo rato.

Hollywood es la nueva casa de la franquicia: precuelas, secuelas, reboots, remakes y spin offs brillan con más frecuencia en la cartelera. Para que te des una idea, en 2001, siete de las películas más exitosas eran secuelas (esto incluye a Fast 5 y Harry Potter). En los últimos dos años, ocho de las películas con los opening más grandes de fin de semana también fueron secuelas (contando Furious 7 y Star Wars).

Para muchos, estamos frente a una era en la que Hollywood se quedó sin ideas originales. Otros aseguran que, por el contrario, la industria ya no quiere tomar riesgos. Lo cierto es que las consecuencias son notorias. Es momento de discutir los contras de una industria plagada de secuelas. ¿Qué nadie escuchó que segundas partes nunca fueron buenas?

1. Destrucción de piezas maestras

Reza el dicho que hay historias que resultan mejor cuando no son dichas. Esto ocurre en Hollywood. Una vez la audiencia se enamora de un personaje, siente una necesidad imperante de saber todo de él: ¿cuáles son sus motivaciones?, ¿a qué se refería exactamente cuando habló de aquel episodio del pasado?,  ¿qué fue de él?

Pero no siempre es bueno saber tanto. No todas las historias necesitan ser resurgidas o reinventadas. La consecuencia directa es que la historia original termine “abaratada”. El exceso de exposición provoca que lo que una vez fue especial y poderoso se convierta en rancio y sin magia.

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2. Historias innecesarias

Los análisis de audiencia muestran que la población va cada vez menos al cine. Prefiere los medios del nuevo milenio como Netflix o Snapchat. Cuando lo hace, prefiere ir por lo seguro: una historia que ya conozca en lugar de arriesgarse a pagar el ticket de una película que podría no gustarle.

Sabiendo esto, Hollywood le ha dado a la audiencia lo “que quiere”: secuelas y más secuelas. El problema con ello es que, de alguna manera, los de la industria piensan que cualquier cosa merece una segunda parte.

Seamos sinceros, ¿realmente Neighbors necesitaba una secuela? ¿Era fundamental una segunda parte de Blancanieves y el Cazador, aunque Blancanieves no fue requerida?

3. Demasiadas estrellas, poco brillo

Esto es un aspecto que ocurre cuando la historia en cuestión tiene demasiados protagonistas (como suele pasar en las colisiones de los superhéroes). En X-Men teníamos a Halle Berry, Anna Paquin, Hugh Jackman. El asunto del estrellato fue aumentando y llegamos al estreno de las películas de The Avengers: Robert Downey Jr., Chris Evans, Scarlett Johansson, Chris Hemsworth, Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Samuel L. Jackson y paré de contar.

¿Suena bien? Sí. Pero, ¿realmente estos actores de primera línea tienen la oportunidad de brillar una pantalla saturada de grandes nombres? La respuesta no. Así vemos a grandes figuras del séptimo arte reducidas a unas pocas líneas y, la mayoría de ellos, sin gran sentido.  

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4. Sin interés en la audiencia

Más allá de por qué se producen tantas películas en franquicia, hay algo que queda claro para la audiencia: las películas ya no tienen que ser buenas para ganar dinero. El solo hecho de que se trate de una película de superhéroes asegura excelentes ganancias.

Como prueba : Batman V Superman o Suicide Squad. Ambas fueron criticadas, pero, ¿cómo les fue en taquilla? Ya no importa quien mira la película, ni si el producto final es una vergüenza. Y lo peor, estas películas pueden fallar, pero es muy posible que sigamos teniéndolas en la pantalla. Para muestra: Transformers y Pirates of the Caribbean.

5. Estancamiento seguro

Otro punto que golpea directamente a los actores. Uno de los temores más grandes en ellos es quedar encasillados. Logran un personaje increíble, reciben ovaciones de pie y sin darse cuenta, se convierten en esa persona ficticia. Ocurre mucho en la televisión, pero también es un drama que ocurre en la pantalla grande.

Ingresar a una franquicia es la forma más segura de encasillarse. Sí, hay actrices como Jennifer Lawrence quienes parecen salir airosas, pues tras interpretar a Katniss en The Hunger Games y Mystique en la saga  X-Men, sigue siendo buscada para diversos proyectos.

Lamentablemente, no es la norma. Ver a un actor una y otra vez en el mismo personaje lo convierte en esa persona y le ocurre a los mejores. Tal es el caso de Robert Downey Jr. Sí, se convirtió en el actor mejor pagado y Iron Man es uno de los personajes más adorados en la historia actual, pero, ¿qué más lo hemos visto hacer? Estuvo en Due Date y en The Judge, películas diferentes pero donde parecía interpretar al mismo hombre arrogante y autosuficiente que es Tony Stark.

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Y tú, ¿estas a favor o en contra de las franquicias?