Los Juegos del Hambre, Harry Potter, El Hobbit o, si nos ponemos algo menos épicos, Alma Salvaje, Orgullo y Prejuicio o El Diablo Viste de Prada; todos han sido best sellers adaptados posteriormente al cine con un gran éxito.

En una época en la que Hollywood solo parece producir películas de superhéroes y secuelas varias, muchas historias de la cultura universal bien merecen una primera adaptación o, al menos, una más decente.

Después de un año sin demasiados bombazos animados, 2015 se presenta como un interesante período para el género: desde el spin-off de los Minions hasta la nueva de Dreamworks, Home, pasando por el primer Pixar original desde Brave, Inside Out, la primera de una lista de películas que la casa del flexo estrenará durante los próximos años y entre los que encontramos, por suerte o desgracia, mucha secuela.

Vivimos los tiempos de Marvel, las secuelas, remakes o el último grito en “originalidad”: los reboots; géneros y temáticas que nos atraen igualmente al cine aunque, en ocasiones, no podamos evitar pensar en esas ideas que aún pululan por los archivos de Hollywood y que servirían para refrescar un panorama cinematográfico algo estático.

The Stand, conocida en español como La danza de la muerte y publicada en 1978, es una de las novelas más aclamadas y épicas de Stephen King, una obra maestra del terror sobrenatural, ambientada en un escenario postapocalíptico, luego de que una epidemia aniquila al 99,4% de la población mundial.

El ajetreado nuevo proyecto de Quentin Tarantino va tomando forma tras los inconvenientes iniciales y la amenaza de cancelación. Y The Hateful Eight no sólo va avanzando, sino que luce cada vez más prometedor.