Príncipe Harry

Tal como se tenía previsto, la duquesa de Sussex reapareció este jueves 5 de marzo en el Reino Unido de la mano de su esposo, el príncipe Harry. Sin la presencia de su hijo Archie Harrison, quien este viernes cumplirá 10 meses de nacido, el matrimonio comenzó su despedida como miembros de alto rango de la corona británica.

Los duques de Sussex, que esta semana realizarán sus últimos eventos como miembros de alto rango de la realeza británica y el 31 de marzo deberán despedirse de su título como ‘royals’, podrían ser elegidos como padrinos de Clover, la primogénita que tuvo Charles van Straubenzee, uno de los mejores amigos de Harry.

El domingo pasado la monarca se reunió con su nieto en Windsor y allí hablaron sobre su salida como miembro de alto rango de la familia real británica. De acuerdo con una fuente del diario británico The Sun, en la charla también se habló de Archie Harrison, el hijo de 9 meses del príncipe, de quien se ha informado se quedará en Norteamérica y no acompañará a los duques en su gira del adiós por el Reino Unido.

El pasado sábado, el matrimonio informó que acataría la orden de la reina de no utilizar el término 'Sussex royal' con fines comerciales. Sin embargo, 6 días después, se da a conocer que mantienen activa una solicitud ante la Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido para vender cierto tipo de artículos en Europa.

A solo días de retirarse formalmente como miembro de primer orden de la monarquía británica, junto a su esposa Meghan Markle, el menor de los hijos de Lady Diana graba un tema benéfico junto al rockero estadounidense, en los famosos estudios de Abbey Road, en Londres.

El gobierno canadiense informó este jueves que cesará el apoyo de seguridad que brindó a los duques desde su llegada a aquel país. Cuando se supo que la pareja viviría temporalmente en Vancouver, surgió preocupación entre sus ciudadanos porque el resguardo a Harry y Meghan Markle se pagara con dinero de los contribuyentes y, dado que los duques dejarán de representar a la corona británica a partir del 31 de marzo, el gobierno de Justin Trudeau confirmó su postura.