Sea cual sea el campo en el que hayan trabajado, muchas mujeres a lo largo de la historia se destacaron por sus increíbles habilidades y lograron dejar su propia huella.

Es casi imposible no recordar la singular y asombrosa personalidad de Rebel Wilson (o «Fat Amy» para otros) si alguna vez la vimos en la pantalla. Porque si hay algo que la actriz no es, es «la típica estrella de Hollywood». No hay nada de malo en ser una figura de Hollywood, pero en el caso de la australiana, ella misma afirma que diferenciarse del resto fue lo que la ayudó a triunfar.

A pesar de ser mejor recordada como «Jackie Kennedy», la primera dama número 35 de los Estados Unidos murió con el nombre de «Jackie Onassis».

A veces nos toca mirar la vida “desde afuera”. Nos sentimos excluidos y todo lo que hacemos no da ningún fruto. En medio de este sentimiento surge otra cosa que termina por derribarnos. Ver que muchas personas sí nacieron con el éxito asegurado y siempre logran lo que desean.

Lo diferente siempre llama la atención. En el mundo adolescente, por ejemplo, ser diferente es visto como malo y, por eso, muchos jóvenes sufren de acoso escolar. Cualquier diferencia tiene el potencial de convertirse en objeto de burla: la estatura, el peso, la forma de hablar o el cabello. Como consecuencia, muchos chicos sienten vergüenza de sí mismos y durante años esconden esos rasgos que los hace únicos.

Puede que tú también sientas que es el momento de cambiar aspectos de tu vida. Quizás también te hayas preguntado si tiene sentido la rutina que llevas, el trabajo que tienes y el lugar en el que vives. Pues bien, no eres el único que se cuestiona este tipo de cosas.