¿Recuerdas cuando Piccoro era el personaje más amenazador que había existido en todo en Dragon Ball? El mismo que protagonizó una de las mejores peleas, no sólo de el Dragon Ball original, sino de toda la saga.

Todos hemos visto Dragon Ball y, tal vez, todas sus sagas. Las aventuras de Gokú y sus amigos nos dejaron marcados de por vida y ahora que tenemos Super en nuestras vidas no podemos dejar de sonreír pensando en todo lo que se avecina.

Uno de los recursos argumentales más recurrentes (e interesantes) usados en el canon de Dragon Ball es la fusión. Sea para sorprender con un necesario power-up o para introducir un indestructible personaje momentáneo, la fusión es una técnica que se ganó nuestro corazón por su increíble versatilidad, la que, además, nos invita a imaginar nuestras propias fusiones —tal y como lo hizo Gokú cuando solo tenía a Dende y Mr. Satan como opciones viables, en la Saga de Buu—.

Mario Cuitláhuac Castañeda Partida​ es un actor, locutor y director mexicano, originario de Irapuato, Guanajuato. Nacido un 29 de junio de 1962, se mudó a Ciudad de México muy joven y estudió actuación dramática en el Instituto de Andrés Soler.

Muchos fanáticos de Dragon Ball no tardaron en opinar sobre la calidad de la animación en DBS. Se han molestado por las escenas recicladas o por dibujos que califican de baja calidad, pero el episodio 114 nos dejó a todos con la bocota abierta.

El anime con el que crecimos nos ha dejado grandes enseñanzas filosóficas y de vida, obviamente Dragon Ball no es la excepción. Estas son las 7 lecciones de vida que nos ha dejado: