El sitio Indiewire difundió la noticia del fallecimiento del director estadounidense Jonathan Demme esta mañana. Tenía 73 años.

El Festival de Cannes 2017 marca la edición número 70 de este evento que se ha convertido en el más prestigioso del cine internacional, convocando año a año tanto a algunos de los representantes más importantes y aclamados del séptimo arte, como a grandes estrellas y celebridades.

Bien es conocido que ciertos directores son brutales con sus actores, pero siguen siendo contratados porque su trabajo habla por ellos mismos y los “justifica”, aunque cuando pones en riesgo la sanidad física y psicológica de los otros, no hay argumentos que valgan.

Guillermo del Toro es de esos directores que están llenos de proyectos de la boca para afuera, pero que después, por diferentes motivos, no concretan esas grandes ideas. Pero, si se tratara de ponerse a trabajar en una de sus franquicias favoritas, ¿crees que tampoco llegaría a nada? Permíteme decir que no lo creo.

Sólo un grupo selecto de directores, pueden jactarse de tener una racha de películas exitosas. Cada uno de los films son icónicos y geniales por sí mismos. Esto, sin embargo, no es algo particularmente fácil de lograr.

Conocemos a Woody Allen como el hombre bajito de gafas grandes cuya brillantez concibió Annie Hall (1977), Manhattan (1979), Hannah and her Sisters (1986), Crimes & Misdemeanors (1989) y Midnight in Paris (2011), por solo mencionar algunos de sus “hijos” cinematográficos que deleitan al mundo de la década de los sesenta.