Cada personaje de cómics posee una característica propia que lo destaca por sobre los demás. Y no, no nos referimos a sus vistosos atuendos, sino a detalles que, sin importar quién sea el dibujante que los ilustre, todos son capaces de reconocer: el rizo de Superman, la calva de Lex Luthor, el «peinado» de Wolverine o, en este caso puntual, los anteojos de lentes rojos de Matt Murdock.

Las mujeres presentes en el MCU pueden hallarse en los más variados roles, desde heroínas y villanas, hasta damiselas o intereses románticos. Pero dentro de toda esa vorágine de personajes, algunas de ellas logran destacarse por sobre las otras. No por el hecho de ser más fuertes o atractivas, sino por la construcción de sus caracteres y la manera en que fueron llevados a pantalla.

Abril en Marvel Comics.

En 2015, Netflix estrenó la serie Daredevil, basada en el vigilante enmascarado del mismo nombre. Un abogado que quedó ciego en su niñez tras un accidente con químicos que aumentaron de manera sobrehumana sus cuatro sentidos restantes, y decide usar su entrenamiento marcial para proteger las calles de su vecindario del crimen organizado.

En temporadas anteriores hemos tenido algunas referencias a la madre de Matt Murdock, pero no la habíamos visto. Supimos sobre su padre y su trágica historia, pero de la mujer que dio a luz al héroe solo escuchamos el nombre Maggie, aunque de forma misteriosa y quizás ni siquiera relacionada. Una monja que lo cuida en sus peores momentos luego de la batalla.

No todo en el universo cinematográfico de Marvel está perfectamente planificado como parece. Muchas elecciones tomadas por Marvel Entertainment, como la inclusión de Thanos al final de Avengers (2012), no fueron pensadas desde un principio y solo fueron agregados que terminaron funcionando en la narrativa mayor. Lo mismo pasa con algunas elecciones de casting. Muchos actores llegaron para interpretar roles pequeños, pero luego fueron reutilizados en otros papeles, en otras películas dentro del mismo universo.