Las drogas y el alcohol son moneda corriente para los personajes de muchas de las mejores películas de Hollywood, pero naturalmente uno tiende a pensar que todas las sustancias consumidas por los actores son “de utilería”.

Los tatuajes se remotan al neolítico, tanto que se encontró a comienzos de los noventa una momia con más de cincuenta tatuajes en la espalda. Pero no podemos imaginar cómo ha cambiado a lo largo del tiempo los significados que se le han dado a lo que ahora conocemos como arte corporal. Si bien pudo haber pasado de significados simbólicos y rituales, también su utilización podría considerarse, e incluso desde estos tiempos remotos, como arte.

Hay actores que una vez que realizan un papel memorable quedan para siempre atados a él y nunca pueden superarlo, de manera tal que para nosotros, por más que haga cualquier otra cosa, siempre serán ese personaje.

La religión ha acompañado al hombre desde la antigüedad; para bien o para mal sirve como motor y fuente de inspiración de importantes sucesos históricos, como así también de obras de arte que logran cautivar a más de uno y los videojuegos no son una excepción.

Así es, el paso de Uruguay, como el de otros seleccionados latinos por el Mundial 2014, dejó muchísimas, pero muchísimas emociones. Lo vimos un par de días atrás con el tatuaje del chileno “Pinigol” Pinilla, hoy lo vemos con la “Joya” Abel Hernández, el gran delantero uruguayo que también se tatuó para recordar este mundial para siempre, ¡échale un vistazo!

Bueno, apenas un par de días atrás estuvimos viendo unos tatuajes del gran Paco Dietz que realmente nos hicieron volar los sesos. Con muchos colores, realismo, técnica, clase y originalidad, así como también con una marcada influencia de la escuela biomecánica y el new school, Roman Abrego quizá no tenga nada que envidiarle...