Si decimos «adaptaciones al cine de Marvel», invariablemente pensaremos en alguna de las entregas del MCU o, si se es lo suficientemente mayor, en las películas de los X-Men o Spider-Man. Pero nadie se ha puesto a pensar que, mientras que el universo de mainstream de los cómics de Marvel es el llamado Earth-616 o el universo Ultimate es el Earth-1610, las nomenclaturas de los universos o realidades del cine también tienen –mayormente– su propio código.

Dark Horse Comics ha sido por mucho tiempo la tercera editorial de cómics más importante de los Estados Unidos y sin embargo no ha seguido los pasos de Marvel y DC con la creación de un universo cinematográfico propio.

Las películas basadas en cómics están entre nosotros desde hace ya varios años, pero lo cierto es que, aunque hoy se las considere casi un subgénero, alcanzaron esta categoría hace relativamente poco tiempo, ya que se considera que fue Blade (1998) el film que marcó un antes y un después en las adaptaciones de cómics, a pesar de que para esas épocas ya existían varias películas que no solo fueron exitosas, sino que generaron las primeras franquicias en torno a sus personajes, como Superman (1978) y Batman (1989).

Ya sea que lo ames o lo odies, no se puede negar que el MCU ha cambiado todo para la industria de los cómics, principalmente por probar que tan fructífera puede ser una franquicia cinematográfica para aquellos estudios que se atreven a explorar cosas nuevas.

Las claves para una relación duradera tienen mucho que ver con los intereses en común y la percepción que se logre en conjunto. No obstante, en la intimidad de las citas y el hogar, el amor deja de ser "perfecto" para convertirse en algo más auténtico, surgiendo inevitablemente un par de características con las que cualquier dueto de enamorados puede identificarse.

La fantasía del héroe superpoderoso que salva al mundo de destructivos y poderosos villanos alimentó el crecimiento de las adaptaciones de cómics y del cine de superhéroes, sobre todo a partir del éxito popular de la saga X-Men y las Spider-Man de Sam Raimi, películas que encajaron perfecto en el clima social y cultural post-9/11.