Lejos están los días en que un cómic era una simple aventura gráfica en la que un héroe en mallas vencía con una sonrisa al malhechor de turno. Desde los 90, los guionistas de cómics abandonaron la estructura básica de la narrativa heroica en la que el héroe siempre gana porque, en palabras de Octavio Paz, «toda victoria es relativa y toda derrota es transitoria», lo que significa que, incluso aunque pensemos que un villano ha perdido solo por terminar encerrado, quizás ese no sea el caso. Esto dio lugar a guiones de cómics soberbios con personajes más complejos.

Hoy el cine de superhéroes está en su época de apogeo y los fans del género tienen el privilegio de ver producciones inéditas o impensadas en otros tiempos, incluyendo las de los dos grandes universos cinematográficos, Marvel y DC, que trasladan a la gran pantalla todo el encanto y la riqueza de los viejos crossovers de los cómics.

Las teorías sobre cuál será la trama de la cuarta entrega de Avengers ya están inundando internet, mientras que muchos fanáticos se están devanando los sesos analizando posibilidades para que, de alguna manera, se traiga de nuevo a la vida a todos los héroes caídos en Infinity War (2018).

Los villanos de cómics generalmente (no siempre) suelen estar ligados al héroe que enfrentan, ya sea porque uno de los dos fue el detonante del origen del otro, o porque es la mera existencia de uno lo que determina si el otro será un aliado o un antagonista. Directa o indirectamente, el héroe y el villano se complementan; casi se podría decir que «se necesitan», como es el caso de Batman y Joker, Thor y Loki, Flash y Reverse Flash, Charles Xavier y Magneto, etcétera.

El DCEU cumplió cinco años en 2018 y se perfila para ser otra franquicia que seguirá presente por varios años más. Aunque las reacciones del público ante sus películas no son demasiado alentadoras, sus personajes siguen siendo íconos culturales que merecen nuestra atención más allá de cualquier otro aspecto de la franquicia.

Casi no hay franquicia que alguna vez haya sido más o menos popular en la que Hollywood no haya puesto su mira para revivirla de uno u otro modo, porque, qué difícil pensar ideas originales, que por otra parte podrían funcionar o no. ¿Cómo saberlo, no es cierto? Un verdadero riesgo.