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Joven colombiano queda paralizado tras recibir un disparo de uno de los cinco ladrones de su bicicleta
Fabian Jutinico, un joven colombiano, quedó paralizado de la cintura hacia abajo después de que uno de los ladrones que le robaron su bicicleta le disparara. Aun así, no se rinde: quiere convertirse en profesor y seguir haciendo teatro.

Fabián Jutinico, un joven colombiano estudiante de artes escénicas, fue golpeado y asaltado por cinco hombres que, no conformes con robarle su bicicleta, le dispararon y lo dejaron paralizado de la cintura para abajo.

“Al ver que no entrego la bicicleta, uno de ellos saca algo y me pega. Yo no sentí que era un
arma, solo sentí que me salía sangre”, dice Jutinico. Después, los cinco asaltantes le propinaron una golpiza y no conformes con dejarlo inconsciente
le dispararon antes de huir con la bicicleta.

Laura Jaramillo, novia de Fabián, cuenta sollozando el incidente y no puede ocultar su rabia por la brutalidad del ataque. “Me da mucha impotencia.
Eran cinco contra uno, estaba inconsciente y todavía le dispararon”, dice.

Tras acudir al llamado de emergencia, las autoridades trasladaron a Fabián a un hospital donde los médicos lucharon para salvarle la vida por 12 horas. Si bien pudo despertar y contar lo sucedido tras la
intervención quirúrgica, supo que sus sueños estaban tan rotos como su espalda al no sentir movilidad alguna en sus piernas. “Fue un momento muy duro,
porque solo sentía un dolor muy intenso de la cintura para arriba”, dice Fabián.

Esta realidad fue devastadora para Fabián debido a que daba clases de educación física, era recreacionista en un parque
y miembro activo de una comparsa de teatro en la que hacía malabares. Además, estudiaba licenciatura en artes escénicas y se preparaba para convertirse en profesor.

Tras superar el impacto psicológico, Fabián se aferró a su voluntad de acero y se dedicó a horas de extenuante rehabilitación que le ayudaron a recuperar algunas de sus funciones fisiológicas. Sin embargo, a pesar de tanto esfuerzo, los médicos le terminarían confirmando que tendría que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas.

Para colmo, el único sospechoso detenido por la policía
fue puesto en libertad, algo que ni Fabián ni sus allegados pueden creer que haya ocurrido. Aseguran que el supuesto delincuente volverá a delinquir y es capaz de hasta matar a alguien.

Para Carmen de Jutinico, madre de Fabián, todo lo que está sufriendo su hijo representa
“el dolor más grande que tengo”. Mientras que su novia Laura cuenta que, si bien todavía no sabe cómo afrontar todo lo que vendrá, sabe que Dios les dará fuerza para superar la adversidad.

Lejos de deprimirse al saber que no volverá a caminar, Fabián ha decidido no rendirse. “Puedo trabajar y salir adelante porque soy una persona joven”, dice. Fabián
no claudica en su sueño de convertirse en profesor y ahora está pensando en convertir una silla de ruedas en un instrumento en el que pueda hacer malabares. “Es otra forma de arte; tengo mucho que enseñar y aprender”, aclara.

Sin embargo, Fabián primero tendrá que encontrar su propia silla de ruedas ya que la que está utilizando es prestada y una nueva no la cubre el seguro médico. Esta silla de ruedas la tendrá que devolver porque su seguro médico no la cubre, y la ayuda que muchos le prometieron hace tiempo
simplemente no ha llegado.

Su hermano, Diego Alejandro Jutinico, lamenta que nadie se haya acercado a él para darle una mano. “Está solo,
ni siquiera la alcaldía le ha dado una mano”, lamenta.
